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El Telégrafo

Ibarra, 146 años desde las cenizas

26 de abril de 2018

Ibarra, en estos días, vive la fiesta de El Retorno, que conmemora el regreso de sus habitantes en 1872, para refundar la ciudad tras el terremoto de 1868. Si bien lo más importante de la historia radica en los 550 sobrevivientes que esperaron bajo la lluvia, también actuaron personajes clave.

Por ejemplo, Gabriel García Moreno, el presidente de ese entonces, no solamente descolló en los primeros momentos del desastre, sino que fue fundamental para hacer realidad la reconstrucción de la nueva ciudad. Fue proclamado como el “salvador de Ibarra”. Mariano Acosta fue, sin lugar a dudas, el personaje emblemático de la segunda refundación de la capital de Imbabura.

El papel de las mujeres durante el evento, así como en el refugio en La Esperanza fue fundamental. Si bien desde las clases adineradas se entregaban joyas para la ayuda a los damnificados, existió la Congregación de las Señoras Piadosas, dirigidas por Josefa Páez, viuda de Oviedo. Fueron matronas ibarreñas que, más allá de sus evidentes posiciones económicas, dejaron a un lado sus lugares en la sociedad y, como bien lo señalan los textos, “sin retribución alguna han desempeñado admirablemente el oficio de Hermanas de la Caridad”.

José Manuel España era el Gobernador. Él informó de los acontecimientos de la refundación: “Entusiastas caravanas van cumpliendo la orden de retornar; unas, la mayoría, a pie; otras, a caballo; los enseres a lomo de mula, y en carretas haladas por yuntas de bueyes, las cargas más pesadas, que van lentas, pero más seguras. El 28 de abril, un nuevo domingo y fiesta de la Virgen de las Mercedes, se bendice a la ciudad y a nuestra cara patria”.

Asimismo, José Nicolás Vaca, quien estuvo durante cuatro años en La Esperanza, señaló en su discurso de ese día, hace 146 años, que no hay que olvidar los motivos de fundación de Ibarra de 1606: la salida al mar. Una mención especial es para los jóvenes ibarreños que fueron a Quito para aprender el oficio de topógrafos. Bajo la dirección de Arturo Rodgers trazaron la urbe desde la mítica palmera de la Esquina del Coco. Así, Ibarra renació de las cenizas. (O)

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