Mucho se habla del metaverso, ese mundo virtual al que nos conectaremos a través de dispositivos, que nos harán creer que realmente estamos interactuando dentro de él. Esto definirá las nuevas experiencias para compras en línea, en la que nos podremos medir ropa y zapatos a través de nuestros avatares o en videojuegos que serán más reales que nunca. Sin embargo, ¿habrá algún cambio extraordinario para la gastronomía en el metaverso?
Antes de profundizar en las nuevas oportunidades gastronómicas hay que entender el metaverso y lo que lo rodea. Con el metaverso vienen con mayor fuerza las tecnologías blockchain, criptomonedas y los Non-Fungible Token por sus siglas NFT, que son tokens para comercializar arte o experiencias que no tienen un valor determinado en sí, sino que se lo da el mercado. Justamente Gary Vaynerchuck, quien comenzó como crítico de vinos, ahora es un reconocido inversor en startups digitales y ya lanzó membresías de un exclusivo restaurante, llamado FlyFish Club, que solo pueden pagarse en Ethereum (una criptomoeda) para su restaurante que se ubicará en Nueva York, y solo servirá sushi y sashimi con pesca del día. Esas membresías ya están agotadas y esto demuestra que la visión de Vaynerchuck está en lo correcto: hay oportunidad de posicionar un negocio tradicional de forma distinta, atado a nuevas tecnologías.
Hoy grandes empresas están adquiriendo espacios en el metaverso para tener presencia de marca y crear experiencias. Algunas de las empresas como Mc Donald's está apostando por este espacio virtual interactivo en el que tendrán un McCafé que servirá como sala de conciertos virtuales y reales. La idea es que los usuarios del metaverso ordenen comida, paguen con su criptomoneda de confianza y les llegue el plato para disfrutar en su casa mientras disfrutan de un concierto virtual. Es que de eso se trata el metaverso de crear una intersección de experiencias que unen el mundo físico y online.
Lo que no debería pasar en el metaverso es crear experiencias iguales a las que vivimos hoy. Es decir, no se trata de crear un restaurante con mesas para que los internautas se sienten ahí a disfrutar un salmón. Se trata de crear vivencias únicas como una cena virtual en un globo que sobrevuela Capadocia, en Turquía, mientras la persona disfruta un plato real de tu restaurante. El metaverso es la oportunidad de crear conceptos gastronómicos inimaginables que ayudarán a apalancar a los restaurantes que se sumen en esta ola tecnológica.
Cada día escucharemos con más fuerza los términos NFT, Bitcoin o Ethereum, que son criptomonedas. Asimismo, Realidad Virtual, Realidad Aumentada, Inteligencia Artificial, entre otros. Es que el metaverso da la oportunidad a las personas de explorar experiencias antes de tomar la decisión de compra. Por ejemplo, la escuela de management turístico Ostelea indica que ya el sector comienza a utilizar la presencia de ese mundo paralelo que sirve de vitrina de un destino: permite a las personas deambular por las calles de Girona, subir la torre Eiffel, disfrutar las instalaciones de determinado hotel. Esta visión es un poco más de realidad aumentada que de metaverso en sí, pero ciertamente la industria gastronómica y, obviamente turística, experimentan una revolución con estas nuevas tecnologías.
El metaverso, entonces, vendrá a potenciar las experiencias gastronómicas. Para los puristas nada reemplazará, y coincido, la visita a un mercado real para comer platos tradicionales de un país, pero como siempre la tecnología servirá de apoyo para dar a conocer esas experiencias reales, replicarlas y mostrarlas a un ávido comensal en cualquier país. Viviremos más conectados para explorar nuevas vivencias y darle más contexto a la gastronomía.