La manera cómo se reacciona frente a la pandemia del coronavirus marca, en definitiva, la diferencia. Según reseña Pablo Linde en El País de España, comparándose con Corea del Sur, casi de similares características en población, pero que no logra advertir un detalle: la disciplinada cultura asiática de milenios.
“Cuando en Busan, la segunda ciudad más grande de Corea, se detectó el primer caso, el 21 de febrero, cerraron bibliotecas públicas, competiciones de caballos e instalaciones para mayores como los hogares del jubilado. Con un solo caso.
Pero la única diferencia entre Corea y España no es la actitud de los gobiernos, también la de los ciudadanos. Al día siguiente del llamamiento del alcalde coreano de Daegu a permanecer en casa, cuando apenas había medio centenar de casos en todo el país, las calles se quedaron desiertas. En Madrid, el primer día tras el cierre de los colegios y las recomendaciones de teletrabajo, los parques y las terrazas estaban llenos. Era un miércoles y el ambiente en la calle era el de un festivo de buen tiempo (ya tenían un millar de casos). Después de que el presidente del Gobierno declarase el estado de alarma (13 de marzo), el alcalde de Madrid tuvo que cerrar los parques públicos para que la gente no se agolpara en ellos”.
Por su parte, BBC de Londres, da cinco claves para enfrentar la pandemia. Uno: Pruebas, pruebas y más pruebas. Mientras los asiáticos realizan 10.000 pruebas al día, otros gobiernos solo lo hacen a los pacientes más graves; dos: Aislar a los contagiados, como en Asia que van a los “hoteles de cuarentena”; tres: Preparación y reacción rápida, Taiwán, por ejemplo, desde 2003 tiene un comando central contra las epidemias; cuatro: Distanciamiento social, Hong Kong orientó a los adultos trabajar desde casa desde finales de enero, cerró las escuelas y canceló todos los eventos sociales; y cinco: Promover medidas de higiene, no solo para no enfermarse sino para no contagiar a los demás. (O)