El conocimiento científico liderado por la universidad del mundo ha guiado diferentes frentes en la lucha contra el covid-19. Hay innumerables estudios en curso realizados por científicos de diferentes áreas con datos y resultados que impactan directamente a la sociedad y a la vida de las personas.
Las investigaciones abarcan diversos campos del conocimiento y de necesidad urgente para la sociedad, que van desde la creación de una vacuna y pasan por la economía, las políticas públicas, el tratamiento de la información, el transporte, la psicología, la planificación, el comportamiento social e individual, la ciencia de los materiales, de los alimentos, la física de las partículas, el análisis del aire, la mecánica, la robótica, la química y tantos otros que se requieren para tratar la complejidad de la calamidad y mitigar sus efectos que nos invaden.
Hoy más que nunca sentimos como humanidad la necesidad de disponer de un conocimiento sólido que nos entrega la ciencia en todos sus ámbitos. En el caso del Ecuador, se ha realizado un conjunto de actividades de todo el sistema universitario en lo sanitario y también en otros campos que se requieren nuestro país. No hay universidad del sistema de educación superior del Ecuador que no se encuentre participando de forma activa para enfrentar la pandemia, y lo hacen en alianzas con las organizaciones del Estado, de la empresa privada y de las organizaciones sociales.
Se sabe que la investigación en busca de la tan ansiada vacuna está siendo liderada precisamente por la universidad de Oxford. También, gran parte de integrantes de esta carrera por conseguir la vacuna lo lideran precisamente las universidades con la coparticipación de grandes empresas cuyos científicos, a su vez, son formados por las universidades del mundo.
En este momento de epidemia nos damos cuenta de que sin la ciencia y la universidad estaríamos irremediablemente perdidos. También vemos que, si hubiéramos tenido recursos más adecuados para producir ciencia en los últimos años, estaríamos pasando por este período con menos dificultad.
La universidad pública está a disposición de la sociedad, quiere servir a la sociedad más y mejor con los limitados recursos de que se dispone. Somos testigos que, para salir de esta crisis pandémica, la ciencia es la única respuesta que se presenta de manera racional y es también capaz de abordar este problema desde las aristas que corresponde.
Estamos guardando varios aprendizajes de esta infeliz experiencia y uno, que es central, es la necesidad de crear ciencia que beneficie a toda la humanidad y no solamente al capital. Esta ciencia de lo que se constata principalmente está en la universidad pública; toca pues, a los líderes del mundo considerar a la educación pública como clave para la vida y para el futuro de toda la humanidad. (O)