Ha sido motivo de orgullo la Inauguración de la Primera NFTs Exhibition en Ecuador realizada por la UIDE powered by Arizona State University, el 24 de noviembre pasado. Este evento nos regaló dos valiosas lecciones. Primero: es indispensable apoyar a la naciente comunidad que utiliza blockchain como herramienta. Segundo: Ecuador debe quitarse el miedo y unirse a una ola tecnológica que vino para quedarse y no se va a detener.
Blockchain es una tecnología que crea una base de datos en que se almacena información en varios bloques unidos de manera consecutiva. Cada bloque nuevo está inseparablemente unido al anterior mediante un hash inalterable. Las plataformas se anidan en la web y funcionan de forma distribuida con usuarios de todo el mundo que controlan las transacciones y las validan.
Esta tecnología ofrece ventajas como el control público de las transacciones y el acceso inclusivo. Las plataformas de criptomoneda han facilitado que migrantes de países pobres envíen remesas a sus países evitando intermediarios y superando la falta de acceso al sistema financiero. Quienes celebran un contrato inteligente utilizando blockchain se aseguran inalterabilidad de los términos del contrato y fácil y rápida exigibilidad del cumplimiento.
Los desafíos de blockchain son la falta de desarrollo de la tecnología y la lentitud de las transacciones. El uso de criptomonedas para ejecutar estafas y actividades ilícitas ha sido fuente de preocupación. Hay recelo de aplicar de estas tecnologías porque prometen descentralizar todo tipo de operaciones, poniendo en riesgo el control por parte de los Estados. Sin embargo, las actividades ilícitas son de difícil control y existen innumerables actividades que funcionan descentralizadas.
En el Ecuador no existe una Ley que regule o prohíba el uso de blockchain. Es posible realizar transacciones de bienes o servicios digitales o materiales en plataformas web al amparo del Código de Comercio y la Ley de Comercio Electrónico. Es novedoso que el Código de Comercio permite celebrar contratos inteligentes. Incluso el Banco Central ha indicado que las criptomonedas no son moneda de curso legal, pero es posible utilizarlas en el Ecuador a riesgo de los usuarios.
La regulación existente favorece el uso de blockchain en Ecuador. Es momento de que la voluntad del Estado y del sector privado se unan para implementar blockchain, adaptándola a las necesidades de nuestro país para transparentar la información del Estado y de los particulares, reducir la corrupción e incrementar la seguridad jurídica. Debemos exigir nuestro derecho a registros, datos y contratos públicos inalterables. Que esta vez lleguemos a tiempo a la fiesta.
