La vinculación con la sociedad es uno de los pilares de la universidad que le aseguran su pertinencia. Responde a la necesidad de contribuir a crear la identidad nacional. No es solo rural, aunque en ese escenario constituya una aproximación interdisciplinaria para macroterritorios, sino que también está ligada a la productividad urbana. Desde luego, las dos deben estar interconectadas en redes, que son las que suscitan nuevas y creativas ideas.
En razón de que las prioridades sociales y económicas nacionales se hallan en lo rural y urbanomarginal, los macroproyectos que atienden lo local constituyen escenarios modelos para la vinculación. El vínculo no es solo una función sino un principio esencial, con un enfoque integral para el desarrollo con toda la institucionalidad local involucrada. El modelo no es asistencialista ni caritativo, es de cooperación con participación comunitaria y corresponsabilidad.
Cuidando la autonomía universitaria se evita ‘enmarcarse’, sin crítica, en proyectos extraños a las necesidades locales. La vinculación con la sociedad no reconoce jerarquías en el ejercicio del saber ni en la interacción con las comunidades. La solidaridad exige tratar entre iguales, repensando el Estado en el contexto de culturas diversas. La ciencia y la tecnología deben reinterpretarse para un conocimiento científico liberado de hegemonías económicas, políticas o de otro tipo, incluyendo las patentes.
Esta es la popularización de la ciencia, el derecho que tienen al saber los trabajadores, las mujeres, los niños, los mayores. Para eso están las ciencias sociales y humanas, que deben tener un lenguaje más sencillo. La calidad de la actividad universitaria exige, como dice René Ramírez, que “no haya contemplación con la mediocridad”. La calidad se refiere al producto y al proceso, por lo tanto, su evaluación debe ser propia de la población que recibe el ejercicio profesional, y de los exámenes y exigencias de todo el proceso académico.
Hay indiscutibles progresos en la universidad ecuatoriana, la política pública, que es siempre dinámica, exige hoy un solo examen de ingreso y exámenes de egreso, y tiene incentivos para estimular a los mejores. La calidad es proceso permanente. La pertinencia exige calidad e igualdad de oportunidades. Así la universidad aporta al pensamiento universal y al desarrollo nacional y local. En la universidad había solo actividades, hoy hay programas y proyectos que logran impactos en la población. (O)
