Los ‘fenómenos paranormales’ que se reportan en más de una ocasión, tienen una explicación, según la ciencia, y cada uno responde a una situación diferente.

La mayoría de fenómenos paranormales tienen su origen en la sugestión, si hay una persona que cree en fantasmas y ese tipo de cosas seguramente dirá que vio uno o pasó por un episodio espeluznante cuando entre a un lugar donde le aseguren previamente que está lleno de ‘entes del más allá’.

Sentir frío cuando estás en una casa o un edificio no quiere decir que has invadido el espacio de un fantasma, porque este hecho responde a una caída del nivel de humedad del lugar o una corriente de aire que se coló por una ventana u otro punto de la casa, así lo sostiene el estudio de Richard Wiseman sobre las apariciones de Mary King´s Close.

El artículo llamado Agencia sobrenatural: predictores de diferencias individuales y correlatos situacionales evidenció que las personas con ideas más espirituales son más propensas a tener experiencias paranormales relacionadas con la religión.

La investigación también señaló al estrés como uno de los detonantes de que la mente experimente hechos paranormales, y mucho más recurrentemente en las mujeres.

Según el portal Computer Hoy, “En este caso se creó un grupo de mujeres en una ciudad en el centro-este de Turquía y determinó que aquellas que sufrieron un trauma en la infancia o tuvieron algún tipo de trastorno de estrés postraumático, tenían bastantes más probabilidades de experimentar cosas como la posesión, precognición o la percepción sensorial”.

En cuanto a la parálisis del sueño (que en algunos países se conoce como ‘subida del muerto’) consiste en mantenerse en el estado REM del sueño y despertar, pero no del todo. La ciencia, en pocas palabras, define a este episodio como primero despertar la mente, pero no el cuerpo, entonces se experimenta una imposibilidad de moverse, pero con un nivel de consciencia prácticamente completo.

Por último, otra explicación de los fenómenos naturales es una posible fuga de monóxido de carbono. En 1920, una mujer reportó que escuchaba pasos, sentía presencias siniestras en su casa y que incluso veía pies debajo de su cama, pero cuando se revisó su hogar, se encontró una fuga de monóxido de carbono proveniente del horno que fue lo suficientemente fuerte para causar las alucinaciones, peo n la muerte.