Las cuerdas de Hittar Cuesta dejaron de sonar
Hittar Cuesta, compositor del par de discos de música instrumental más complejos del metal ecuatoriano, murió la noche del domingo pasado en su casa de Conocoto, al suroriente de Quito, a causa de un paro cardíaco, según informaron sus familiares.
El guitarrista, de 47 años, también fue productor y formó a decenas de instrumentistas en su estudio.
La biografía de Hittar es muy lojana: el niño que tomó una de las guitarras que había en su casa, empezó a seguir la estela de los músicos que escuchaban sus hermanos mayores y recorrió discretamente el país y el mundo con su música; pero él dijo alguna vez que si no hubiera escuchado rock, no le habría dedicado su vida a las cuerdas de acero. El lojano es un referente del rock y el heavy metal nacionales.
Como integrante del grupo de hard rock FALC, Hittar compuso los temas ‘Tiempo a Destiempo’ o ‘Sin Amor’ en la década de los noventa.
Su disco solista El Lenguaje de los Espíritus (Subterra Records, 2000) contiene 11 temas instrumentales (como ‘Aves de Acero’, ‘Dimensiones’, ‘Dama Oculta’ o ‘Laberinto’), que hablan de su virtuosismo porque en escena él apenas acompañaba su música con saludos sencillos.
El redondo Dream Machine (2013) confirmaba el trabajo del intérprete, para quien las presentaciones en vivo eran un producto de ensayos intensos, en los cuales el conocimiento forjaba algo que en escena se convertía en placer, según decía.
Total Guitar Instruction (TGI), en Quito y, luego, su estudio en El Valle de los Chillos fueron los lugares en donde formó a decenas de músicos que lo recuerdan con aquella forma del agradecimiento que se parece a la devoción.
A mediados de 2008, un guitarrista joven compró un boleto para el primer concierto de Megadeth en Quito motivado por el nombre (Hittar) que aparecía en el cartel pegado en una pared y que encabezaba la banda estadounidense.
Entonces, Santiago ‘Seta’ Tinajero prefería escuchar a su maestro de guitarra que al también virtuoso Dave Mustaine, quizá por la cercanía que el lojano había mantenido durante cada clase a la que asistió para aprender música, entre 2003 y 2006.
Allí predominaba la práctica, pero la teoría era la base de la pasión por la guitarra. Los ejercicios tenían un seguimiento personalizado por parte de Cuesta, recuerda Seta. La teoría musical era reservada para épocas vacacionales, en las que había más tiempo para conocer los acordes a profundidad.
Uno de los métodos que Hittar Cuesta usaba era el de la escala pentatónica del guitarrista estadounidense Vinnie Moore. Su ‘Morning Star’ (Time Odyssey, 1988) solía ser una de las primeras canciones que lograban interpretar sus alumnos.
Le seguían las escalas naturales y armónicas, a la vez que los saberes en torno al instrumento y de los equipos de amplificación.
La noche en que Hittar subió a un escenario en la Plaza de Toros Monumental de Quito, Santiago Tinajero recordó que su maestro nombraba con admiración al norteamericano Marty Friedman, guitarrista que ya no integraba Megadeth cuando ese grupo debutó en el país; pero el inglés David Gilmour (Pink Floyd) también poblaba sus referencias.
“Hittar insistía en que para que uno pudiera improvisar necesitaba saber todas las escalas, con sus variables y dinamismo a fin de generar acordes en distintas partes del diapasón. Era necesario conocer cada una de las escalas”, recuerda el exguitarrista de Wizard.
Estos consejos ayudarían al músico a que rompiera una cuerda por accidente. En agosto de 2016, Wizard tocó en Guayaquil, donde ‘Seta’ perdió una de sus cuerdas, pero cumplió el ‘lema’ de su maestro: “conocer bien el instrumento para que, al pisar el escenario, todo sea un disfrute, pase lo que pase”.
Ese día, Santiago Parra, entonces vocalista de Wizard, recordó que su antecesor, el también fallecido Hugo Beltrán Reyes, compartió escenario con Hittar Cuesta en el Festival Rock sin Fronteras, a fines del siglo pasado, en una presentación que un grupo de rockeros rememora con nostalgia.
En un obituario dedicado al artista lojano –y publicado en el medio digital RocKnight–, Parra escribió ayer que “el baterista (sueco) Patrick Johansson, quien participó junto a Yngwie Malmsteen o Steve Vai (...), decía que Hittar no tenía nada que envidiar a estos monstruos de la guitarra y lo juntó a enormes figuras como la de Paul Gilbert o George Lynch”. Además, Vai elogió a Hittar Cuesta en sus redes sociales como su favorito al hacer una versión de ‘For the Love of God’.
El trabajo duro de los ensayos de sus alumnos era algo que encontraba una motivación adicional en las conversaciones que el autor de la canción ‘Prisoner Of Time’ tenía con ellos después de sus clases. A veces, incluso iban a conciertos, como el del guitarrista de jazz y blues Scott Henderson, en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura, en junio de 2004.
Hittar prefería el disco Surfing with the Alien, de entre los del ‘guitar hero’ Joe Satriani, a quien llevaba estampado en una camiseta que usaba al presentar sus obras propias y memorables. (I)
Sus discos
El Lenguaje de los Espíritus incluye los ya clásicos ‘Aves de Acero’ y ‘Dama Oculta’.
Dream Machine es la obra en que Hittar Cuesta grabó los temas Shades of Night y Centurión.