Los músicos que le dieron color al heavy metal y consolidaron su estética con dos guitarras sobre el escenario fueron los de Judas Priest. Además de casi una veintena de discos en estudio, el testimonio de su obra se ha grabado en directo y ha influido en varias generaciones desde 1969.

Como siempre eligieron de forma correcta los temas a los que hicieron tributo, su participación en la película Johnny B. Goode (Bud S. Smith, 1988) incluyó la composición del que ha sido uno de los homenajes más destellantes al legendario que se le han hecho Chuck Berry (1926-2017) y que grabaron en la placa Ram It Down.

Al cumplirse tres décadas del disco British Steel, Glenn Tipton, K. K. Downing, Ian Hill, Rob Halford y Scott Travis recibieron diciembre de 2010 con el “Epitaph Tour”. Esa insinuación nunca confirmada de su retiro, derivó en la salida del guitarrista Downing, pero su remplazo los ha ‘revivido’.

Con 38 años a cuestas, Richie Faulkner se suma a la larga lista de integrantes de Priest y, en junio pasado, Glenn Tipton presentó la fundación para apoyar a víctimas del Párkinson, que le fue diagnosticado a inicios de año, y para lo cual la banda se ha asociado con varias entidades.

El apoyo de K. K. Downing a los obreros metalúrgicos no ha cesado luego de que fuera uno de ellos. Para el 18 de septiembre –día que se cumplen 48 años de la muerte de Jimi Hendrix y de la publicación del redondo Paranoid por parte de Black Sabbath– este músico ha anunciado la presentación de sus memorias en el libro Heavy Duty. Days and Nights in Judas Priest, que ha escrito en colaboración con Mark Eglinton.

Mientras el quinteto prepara su 50 aniversario a cumplirse en 2019, la idea de una reunión con miembros antiguos no pasa de los rumores y, el próximo 26 de octubre, Judas Priest se presentará en la edición colombiana del Knotfest junto a Kreator, Helloween, Arch Enemy, Masacre, entre otros. Dos días después estarán por primera vez en Quito, en el Coliseo General Rumiñahui, junto a Kreator y los locales, Black Sun.

El recorrido que suelen representar sobre una moto Harley Davidson los trae de vuelta a Sudamérica convocando no solo a los melómanos que suelen estar al margen de la música edulcorada, sino a quien sabe que estar en contra de las guerras y a favor de los marginados puede hacer que las cuerdas de bajo y guitarras suenen con la impronta de quien ha fundido el acero. (I)