Es un referente obligatorio y un disco imprescindible en cualquier biblioteca musical de este país. La línea de bajo inicial en “Introversión” está llena de un groove elástico y es una de mis canciones favoritas.

Este disco lo tiene todo. Letras contestatarias y llenas de rabia, pasando por episodios melancólicos y etéreos en “El Viaje” y “Resplandor”; pasajes de rock progresivo en “Teknocrata”, “Sin Noción”, “Aplanadora” y “Julio”, en las que se aprecia la sólida charla musical entre el Paúl, el Franco y el Igor.

Paisajes experimentales deliciosos en “Fragmentos de Medea”. La primera impresión que tuve al escuchar este álbum fue causada por las armonías en las voces, llenas de ira y captadas audazmente por el Juan Pablo Rivas.

El bajo del Franco es un tema para hablar por horas, mezcla del antipop de Primus, Bootsy Collins y toques de Justin Chancellor.

El intro de “Kz Telephone” es un vuelo legendario. Las guitarras suenan mucho más metaleras y agresivas, sin perder la base de rock progresivo y experimental. El vuelo de guitarras delay en “Fragmentos de Medea” es otro momento a destacar.

La batería del Igor y los matices hacen que las canciones cobren fuerza, un claro ejemplo de esto es “Aguanta”, que se ha convertido en un himno local, debido a todo el caos y la bronca causada por la ineptitud de los gobiernos de turno.

El papel que este disco juega en la historia del rock libre es muy importante, es el momento de consolidación del power trío como tal. Gran trabajo de composición de voces, guitarra, bajo y batería.

Con gran producción, el loop de batería de “Aplanadora” junto al pick slide de guitarra suenan impecables.

Un disco de esos que merecen ser escuchados de principio a fin, sin saltarse ningún tema ni perder detalle de su experimentación sonora y contestataria. (O)