La estela de Motörhead brilló en debut de los milaneses Bulldozer
La Iglesia de Bender se ha erigido en el centro-norte de Quito como un auditorio autogestivo para el metal. Allí se realizó el primer concierto de los italianos Bulldozer en el país ante un par de centenas de metaleros, en el marco de la primera incursión de esta banda de thrash-black metal en la región.
Funeral y Nightpröwler fueron las bandas que abrieron el telón en un lugar con nombre caricaturesco (se debe a un personaje de la serie animada Futurama) que se muestra abierto a distintas propuestas artísticas y que, según sus gestores, se adecua para mejorar la acústica de sus conciertos.
Al periplo que los de Milán nombraron “The black speed of wrath over Latin America 2018” le antecedió Lima y tres ciudades del Cono Sur antes de su llegada a Quito, el miércoles 12 de septiembre.
Sin dejar la vocalización, AC Wild se colgó el bajo luego de casi una década. Había llegado con el cansancio del viaje, pero presentó temas como la rápida “Ilona the very Best” (del disco IX, de 1987) con la potencia que caracteriza su estilo, uno que a 37 años de su formación los ha grabado en la historia del metal con aquel estatus de “banda de culto”.
Solicitada por los asistentes, “Whisky Time” (The Day Of Wrath, 1985) quedó para el cierre que desembocó en la acelerada versión de “Iron Fist” (original de Mötorhead) ante una audiencia satisfecha. Los locales Nightpröwler también rindieron tributo a la banda de Lemmy Kilmister, con la ejecución de “Bomber”.
La banda quiteña dio un repaso a su placa Unholy Rawness (2017) con canciones de la talla de “Witching Rock n’ Roll” o “Drunk Whores and Destruction”, que contaron con el apoyo de su público. Su próximo concierto será en el bogotano Jaguar Fest II, el 27 de octubre, junto a exponentes de la región como Blizzard Hunter (Perú), Lucifer’s Hammer (Chile) y AxeSteeler y Ironclad (Colombia).
El longevo quinteto Funeral (en escena desde 1999 y compuesto por músicos con recorrido en varias bandas) fue otro de los exponentes en el show -producido por Gate of Nightmares- que ha hecho del bajo (Luis Quiló) una metáfora de la dureza. (I)