Agustín Guambo presentará un poemario punk en la FIL
Contundente, como la persecución a unos adolescentes en los años noventa. Así es Cuando fuimos punks, el poemario de Agustín Guambo editado por Kikuyo, sello que tomó su nombre de la hierba que vuelve a crecer siempre, intrusa y nunca muere.
El subtítulo de este libro cartonero es “Sountrack kaníbal” y su autor cuenta que lo escribió mientras escuchaba a la banda de punk guayaquileña Descontrolados. Los versos los comentará Diego Kaos, vocalista de Homicidio sonoro, grupo punk del sur quiteño y la poeta Yuliana Ortiz Ruano.
La cita será el 20 de diciembre, en la sala “Jorge Enrique Adoum”, de la XII Feria Internacional del Libro de Quito (FIL) y, como abreboca, hay una lista de canciones para el evento en Spotify. The Casualties, Lou Reed, Oasis son bandas que circulan por las letras y la vida de Guambo.
El título está conjugado en pasado porque se trata de activar de memoria. Cuando de el poeta se enteró de que su madre, María Guambo, tenía cáncer recordó su niñez, a sus amigos, su adolescencia. Todo para quemar el paso del tiempo y pensar en la posibilidad de la muerte. Que ahora queda escrita.
“Puede ser una pregunta: ¿cuándo fuimos punks?”, suelta en un bar del norte quiteño. “Cuando no nos importaba el futuro, cuando había un verano como el del 99, con crisis en el entorno”. Y en ese juego de palabras entra el capítulo “Fragmento de una plegaria para Gary Snyder”.
A este autor de la Generación Beat, Guambo le cuenta lo que ha pasado con los chicos de la Generación X que lo leían, “esa pérdida, oscuridad en medio de la cual seguimos tratando de encontrar la luz”.
Uno de los versos suena a confesión (“El delirio es nuestro pastor Gary”) y en este se aborda las drogas desde un cuestionamiento: “¡pobres robando pobres! / y comprábamos la dosis, / ¡pobres drogando pobres! // país de la infancia país del naufragio”.
La época en que las familias se fragmentaron por padres migrantes. Y suscitaron el encuentro de los huérfanos temporales, en Quito, en el Comité del Pueblo y sus prácticas para salvarse o evadir. "Todo cambió tanto que ya no era el Quito de antes".
El canibalismo también es una idea de Roberto Bolaño, de quien el libro tiene una epígrafe. La migración no solo deja abandono sino que trae nuevas visiones del mundo, a esos jóvenes que surgíamos de “los edificios, jóvenes lobo”, parafrasea Agustín.
Se trata de un libro que, sin llegar a ser un fanzine, ha copiado la estética punk. Incluye un guardapolvos, para dar la impresión de un casete. “La poesía permite puntos de inflexión, pensar en la historia. Así el punk y el final de todo esto”, concluye Agustín Guambo. (I)