La primera década de la banda 3Vol (Trébol) coincide con la presentación de su tercer discoVol 3, que contiene otro juego de palabras, el título de la canción “En qué bus vas vos ve”.

El tema -al igual que la mayoría de los contenidos en esta nueva placa- es una muestra de descontento, expresada a través de relatos cotidianos. Las letras se graban fácilmente en la memoria y la música sobresale.

El trío (conformado por Steven López, Jordan Naranjo y Carlos Sánchez, quien alterna la batería con Zak Icaza) debutó con un álbum potente, lleno de historias (A trebolear, 2012); dio un giro a su propuesta con canciones cuyo sentido cambia dependiendo de quien las escuche (Efectos Secundarios, 2014) y ahora es más directo, a la vez que experimental (Vol 3).

Pero el cambio, entre unas sonoridades y otras, no es del todo deliberado. Se debe más a una época, al transcurrir del tiempo. Así, los primeros brotes de 3Vol fueron cercanos al metal impetuoso de quien empieza a explorar sus instrumentos en la adolescencia. Luego, siendo universitarios, llegaron a sus oídos y manos el jazz, el pop, la electrónica y la música del mundo. Virtuosos, pero agresivos, se han fortalecido sin dejar de tener riffs groovies ni una actitud punk.

Muy suaves para el metal y muy duros para el alternativo
Hay una paradoja: las obras de 3Vol van más allá de un género pese a sus distorsiones pasadas, la actual omisión de estas o el doble pedal de la batería.

“Hasta rapeamos”, recuerda Jordan (bajista), “y en lugar de guturales, soltamos gritos”. Esos recursos suelen molestar a quien demanda un género puro.

Y sobre esto, otra paradoja: en sus inicios, los comparaban con Sal y Mileto, que también escapa de las etiquetas, a voluntad. “Nunca nos ha importado tanto lo que se diga, ni el choque que podamos provocar”, coinciden Jordan y el guitarrista (Steven).

El nuevo disco -que presentarán esta noche, en Essence Show- concluye con “Historia de una velada a media luz”, que se aleja de sus otros seis nuevos temas. La letra fue escrita por Steven López, la había creado por fuera del grupo, que la acogió como propuesta.

La historia nació de un desencanto, aunque 3Vol no suele tocar temas amorosos. El resultado tiene un pie en Efectos Secundarios y otro en sonidos latinoamericanos, como el joropo.

Dos Quitofest, dos Saca el Diablo
3Vol volvió la tarde del sábado 13 de julio al Festival Saca el Diablo. La primera participación en ese evento fue hace tres años y, ahora, es la primera banda de la jornada en contar con aforo completo, al menos frente a la tarima “Saca Todo”.

Estuvieron con sus ponchos característicos, aunque más coloridos que en sus inicios, debido a la estética de su obra más reciente, que tiene un xilófono en portada, junto a su baqueta envuelta en un alambre de púas.

Para el festival de música independiente Quitofest repitieron cartel en 2016 y 2017. El segundo año tuvieron horario estelar el día de metal, lo que trajo sus consecuencias. Las luces y videos de su show -después de Barón Rojo y antes de Suicide Silence- fueron óptimas, pero los asistentes no terminaron de calentarse.

“El público metalero de Quito es complicado a la hora de dar apertura a fusiones de géneros”, dice el bajista.

Esa noche, ante 3.000 personas, 3Vol congregó a su audiencia, ya reconocible, que pogueó con cada tema. Para el Saca el Diablo, quienes trebolean fueron visibles entre 5.000 personas.

Un triple pogo
Felipe Lizarzaburu, de La Máquina Camaleón, será invitado al show de 3Vol que se iniciará a las 20:00 de hoy. El violinista Felipe Aizaga también estará, pues se ha hecho asiduo luego de interpretar “Caldo de calavera”, para un videoclip. Ernesto López (Guardarraya, Los Diablos de Circo) se colgará la guitarra con ellos y será el estreno en directo de “Historia de una velada...”. Antes tocará Flix.

“Cada tema de este disco va contra algo que nos está molestando”, suelta Steven, “redes sociales, transporte público, política, policía”.

Jordan matiza: “enfrentarse a la vida real, enoja”. Ambos recorren una ciudad hostil en bicicleta pese a que en cada trayecto escuchan menos música de la que escucharían si fuera en bus. (I)