Hay muchos profesionales que han obtenido el diploma, pero no el conocimiento. Bueno, o pueden tener conocimiento, pero no tienen ética profesional, por ser resentidos sociales o una psicosis de superioridad mal entendida que no les permite valorizar a quienes están a su alrededor y los desprecian.
En vez de que sus conocimientos puedan estar al servicio o beneficio de ellas, tratan de apocar a los demás con su falta de cortesía. Creen que por su profesión son intocables y pueden estar al margen de la ley.
Obviamente, no todos piensan igual (el que nada debe, nada teme), pero hay anarquistas que piensan en su ego y no les importa la salud y el estrés del paciente causado por la espera.
¿Por qué?, pues porque están acostumbrados a la corrupción, a no cumplir con el horario de atención al paciente, por atender sus consultorios privados, que ofrecen a los pobres, quienes dejan de comer o recurren a chulqueros para pagar sus altos honorarios; hay galenos que roban el instrumental del centro de salud, etc.
Es decir, tienen rabo de paja. Y ahora que regirán las nuevas normas o ley para poner coto a las constantes malas prácticas profesionales o negligencia médica protestan airadamente. Hoy, Ecuador tiene un nuevo Código Penal que regirá para todos los ecuatorianos y extranjeros que habiten en el territorio nacional. Obviamente, depende de la honorabilidad de los jueces cómo lo apliquen.
Héctor García Rivera
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