A propósito de las últimas elecciones del 23 de febrero de 2014, en que se dieron hechos que ni los mejores analistas políticos tuvieron el mínimo acierto en sus predicciones, como por ejemplo, que la derecha representada por los más conspicuos defensores del capital llegasen a obtener algunas dignidades seccionales en Quito, Guayaquil Samborondón, Daule, Machala (MG-PSC) Babahoyo (CREO), Santa Elena (CREO), Mocha, Tungurahua (CREO), Loja (CREO).

Demostrando con esto, ante la opinión pública ecuatoriana, que todavía quedan rezagos de la malhadada partidocracia, que tanto daño le hizo al país en el pasado.

Con este análisis, cabe resaltar que en algo se falló y debe corregirse, realizando las enmiendas necesarias en el camino. La Revolución Ciudadana debe enrumbarse y adecuar su conducta, hacia lo que se propuso siempre en su gran proyecto político-histórico de cambio y transformación social, no a medias tintas, sino con carácter, decisión y visión de buscar mejores días para nuestro pueblo, que se sintetiza en la justicia social con dignidad y el Buen Vivir.

Indiscutiblemente que hubo exceso de confianza por parte de AP. No debió exponer al gobernante, cada candidato debió haber respondido por lo suyo, con mucha responsabilidad y dedicación, y no estar esperanzados a lo que haga o deje de hacer el presidente Correa en sus recorridos por las diferentes latitudes de la República.

Melissa Bonifaz García
Guayaquil