La falsa estructura democrática basada en los partidos políticos debe desaparecer, tampoco debe haber el monopartidismo. El Consejo Nacional Electoral (CNE) debe implementar una estructura en la
que se evalúen las propuestas o planteamientos evidenciales de si cumple o no la consecución del bien vivir, para así habilitar candidaturas; para el caso que se tratase de innovaciones o experimentaciones, deben ir condicionadas al hecho que si no logra o no vislumbra su dirección u orientación al bien vivir, entonces serán redefinidas, rediseñadas o descartadas.
Un partido político o su propuesta partidaria, beneficia intereses sectoriales, partidistas, particulares, en detrimento, abuso y perjuicio de los derechos, beneficios y desarrollo del bien común, históricamente hemos elegido entre qué interés particular nos gobernará; tampoco deberíamos elegir entre el bien vivir y el interés egoísta y partidista, ¿por qué debe tener cabida u opción un interés de grupo o partidista que va en detrimento de los demás? Se debe elegir entre las diferentes opciones o propuestas que solo busquen el bien vivir, elegir solo entre lo bueno, lo noble, lo constructivo, que beneficie el bien común, sin dar cabida o dar la más mínima oportunidad al egoísmo, la mentira, la explotación, al abuso y la deshumanización de la sociedad; la partidocracia impedía que jamás eligiéramos entre opciones que permitan solo el bien vivir.
Debemos establecer mecanismos democráticos, libres, accesibles y sin costo económico para visibilizar a quienes no han tenido espacio y oportunidades, y para quienes los han tenido también, pero solo para que expresen propuestas e ideas argumentadas, previamente evaluadas, calificadas, investigadas y analizadas que contribuyan al bien común.
La élite burgués de la partidocracia, conformada por la mayoría de los medios de comunicación, como Ecuavisa, El Universo, Teleamazonas, El Comercio, diario Hoy, canal Uno, etc. etc. (todos estos han sido, y lo siguen siendo, los verdaderos partidos políticos del Ecuador), a más de hacer politiquería partidista de la más baja calaña en forma hipócrita, se han encargado siempre de solo visibilizar a sus recaderos, la clase política-partidista ecuatoriana (que son los partidos políticos usados en las contiendas electorales, como PSC, PSP, Madera de Guerrero, Movimiento UNO, Prian, MPD, PRE, etc., etc.), conocidos y reconocidos de una calidad mediocre en extremo, que se venden y subastan al mejor postor.
La élite de la partidocracia (los medios de comunicación con sus negocios incestuosos) se encarga de adornar y lavar esta mediocridad, vendiendo otra imagen distinta a la realidad, que al final del día casi nadie se los cree, pero la sociedad silencia, el gran defecto de la humanidad; a la vez, esta élite de la partidocracia invisibiliza, oculta y hasta reprime a quienes se atreven a ser auténticos, a quienes luchan por la consecución del bien común o se atreven u osan esclarecer la verdad con evidencias, argumentos y razonamientos constructivos y patrióticos.
Este cambio de época del planeta debe sostenerse con la desaparición de los partidos políticos y en reemplazo de estos deben surgir los planteamientos electorales que solo busquen el bien vivir de la humanidad.
Roberto Castello Albán
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