El presidente Correa ha visto con asombrosa claridad el peligro que se cierne, no solo en Ecuador sino en todos los países de la región no alineados con el imperio. Peligro por el desembozado intervencionismo que ahora amenaza a Venezuela y otros países del mundo.
Frente al peligro inminente no queda otro camino que el de la unión de todos los sectores no conservadores. Vemos también con claridad que la arremetida imperial en Venezuela es la reacción luego de la histórica Reunión de la Celac en La Habana, donde, entre otros temas, se proclamó en voz alta que América Latina es una zona de paz y la necesidad de mantener la paz en la región a toda costa.
Algunos líderes de izquierda han sido los culpables de que la derecha haya permanecido por largo tiempo en el poder debido a la atomización y ceguera de sus líderes. Ha llegado el momento de la unidad y los renunciamientos.
El momento que atraviesa Venezuela nos incita a recordar a ese gran diplomático ecuatoriano José Peralta, que en su libro Esclavitud en América Latina, publicado en Panamá en 1927, dijo: “Parece que al Ecuador le toca el turno de la inmolación en aras del dólar, única deidad de la república modelo... nuestras tierras son extensas y feraces, he ahí por qué nuestra República es una presa que de tiempo atrás viene husmeando el águila cazadora”.
Universi Zambrano Romero