Considerando como lucha contra el imperialismo y asumido por Chávez en 2005 en el quinto Foro Social Mundial, bajo el proyecto de Revolución Bolivariana que comprendía programas sociales financiados con los altos ingresos petroleros, y con la participación de Bolivia, Ecuador y Nicaragua, además de la comunista Cuba y el apoyo de Argentina.

Sin embargo, el sueño de Chávez al llegar al poder se consolidó con discrepancia y división de dos izquierdas: la radical, liderada por Chávez, y la otra pragmática en su relación con el capitalismo y el libre mercado.

Escudado en el socialismo del siglo XXI y amparado en las polémicas leyes aprobadas, se emprendió una guerra contra el latifundio, expropiando tierras, empresas, restringiendo la circulación de dólares y con plenos poderes se limitó la acción de los medios de comunicación y de la oposición.

La oposición ha criticado el proyecto socialista y asegura que está llevando a Venezuela a la ruina y al dogmatismo ideológico; ya que, además de nacionalizar cientos de empresas, ha llevado casi al límite el control estatal de la economía del país y, según los críticos, disminuyó la productividad, haciéndola más dependiente de las costosas importaciones, de acuerdo a los precios del barril de crudo, que provocaron problemas económicos que se sumaron a la crónica falta de alimentos y desenfrenada inflación que deja al país sudamericano a las puertas de una recesión.
 
Eco. Ángel Calderón Mayorga