Ciertos organismos interamericanos con la influencia de los que se creen amos del mundo y Latinoamérica sus colonias, arrogándose facultades que no las tienen de acuerdo a criterios de entendidos, emiten fallos y pronunciamientos favoreciendo a quienes delinquen, como en el caso patético del insultador prepotente exasambleísta que cobardemente no asume las consecuencias con la misma virulencia con la que acusó sin fundamentos al señor presidente Rafael Correa.

Todos los ecuatorianos y el mundo entero observamos los vídeos que mostraban cómo el maltratado y ofendido de palabras y obra fue nuestro Presidente en el 30-S. Por eso, la justicia ecuatoriana impuso a este personaje y a sus acolitantes la sanción correspondiente.

Como todos aquellos ‘machotes’ que solo cuando gozan de inmunidad y amparos hacen gala de valentía, pero cuando la pierden se les caen los pantalones, huyen a paraísos de los que sabemos, o se esconden con la complicidad de encubridores que también están violando la ley.

Ciertos personajes, autoridades y organismos interamericanos califican a estas actitudes de agravio y ofensa a la dignidad humana como parte de la libertad de expresión.

Me pregunto cómo reaccionarían estos defensores si alguien osara, sin razón ni justificativo alguno, proferirles insultos y groserías que lastimaran su dignidad y trayectoria? ¿Dirían muchas gracias?

Fabián Chiluiza Villalva