La semana anterior, los lectores de diario EL TELÉGRAFO nos encontramos con una más que desagradable noticia de que el exsindicalista petrolero Fernando Villavicencio despotricó contra los periodistas y el director de este rotativo.

Sus términos -que no valen la pena repetir- fueron subidos de tono, denigrantes e injuriantes por donde se los quiera ver. Pero por si fuera poco el entrevistado también lanzó insultos de groso calibre contra la jueza que llevaba su caso. Deplorable por donde se lo quiera ver.

Quien diga que en Ecuador no existe libertad de expresión, pues debería releer esos ‘cariñitos’ lanzados por Villavicencio. Él tendrá que responder por lo que dijo y la opinión pública deberá evaluar ese accionar.

Ahora lo que resulta llamativo y preocupante al mismo tiempo es el silencio cómplice del resto de medios de comunicación. ¿Dónde está la solidaridad de Fundamedios y los medios privados en este caso?

Si esto le hubiera ocurrido a un periodista o a un director de un periódico particular, las alarmas se hubieran encendido. Pero no, ni una sola palabra. Y es que hay que recordar que ahora Villavicencio es un paladín para los medios privados, es el abanderado en la ‘lucha contra la dictadura’.

Es hora de rever y sacar a limpio a los nuevos ‘héroes’ que los medios quieren forjar a la opinión pública.

Vicente Páez
Guayaquil