Los temas relacionados a periodismo, tengo que confesarlo, no son mi fuerte, pero sí me ha llamado la atención la manera como el periodista de la cadena Univisión Jorge Ramos fue retirado de una rueda de prensa que brindaba el candidato a la Presidencia de Estados Unidos Donald Trump. Las declaraciones sobre los migrantes latinos han sido el tema de discusión en la campaña de Trump, esto ha motivado diversas manifestaciones de rechazo hacia las xenófobas declaraciones de quien aspira a ser el hombre más poderoso del planeta, sin embargo, una demostración más del odio que esta persona tiene hacia los latinos la pudimos ver en esta rueda de prensa donde, sin duda, al verse sin más recursos para responder los cuestionamientos que el periodista Jorge Ramos hacía al candidato, decide esquivar las preguntas, y en una postura arrogante pide que se calle. Al no lograr que el periodista diera por terminada su participación, tuvo que pedir a su personal de seguridad que retire al periodista del salón y así librarse de una situación en la cual no logró sortear las diferentes preguntas a las cuales era sometido.

Esto es la síntesis de lo que sucedió y de lo que se puede ver en las notas de prensa y los medios de comunicación, pero mi observación no es al comportamiento que demostró el candidato Trump, esto puede darse en cualquier parte del mundo; lamentablemente, es triste que en pleno siglo XXI tengamos que presenciar aún demostraciones de arrogancia como las del Sr. Trump, pero mis cuestionamientos van más hacia los organismos de defensa a la libertad de prensa, pues no he logrado ver o leer algún tipo de pronunciamiento sobre este tema, que es, sin duda, una violación a la libertad de expresión. Proceder de tal forma con un periodista que cumplía con su misión de buscar información, no permitirle desempeñar su trabajo, ¿no es acaso una violación a sus derechos como trabajador? ¿No es acaso esto una violación a los derechos humanos? En Ecuador, a un periodista o caricaturista se le pide rectificación por emitir una noticia sin fuente verificada, y la SIP, LA CIDH, y todos los frentes que respaldan al gremio  de periodistas anteponen recursos porque se están violando sus derechos. En este caso, ¿por qué no se han hecho los mismos pronunciamientos?

Como indiqué al inicio de esta carta, los temas periodísticos no son mi  fuerte, pero sí me es extraño que no se hayan pronunciado ante semejante atentado a la libertad de expresión, y más aún en la nación donde tanto la SIP y la CIDH tienen su sede.

Me gustaría ver que los medios libres e independientes nacionales, y las cadenas internacionales con gran representación latina, se pronuncien al respecto y exijan acciones en contra de este atentado a la libertad de expresión. (O)

Jonathan Vaca
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