Ante el indiscutible malestar frente a la administración de justicia en Ecuador, procedemos a hacer hincapié en la necesidad inminente de cambiar la modalidad de atención al público y a los abogados, a quienes incluso les está impedido revisar los procesos.

Es más, se impide tratar con jueces, secretarios y amanuenses, a quienes se los aísla en una opaca burbuja de cristal; según criterio de ustedes, con la intención de evitar contactos que puedan conducir a la tentación de coimas. Inaudito propósito porque sabemos que cada uno de ellos tiene su identidad personal y que, para lograr la detestable coima, solo basta ubicar sus domicilios, sus oficinas particulares o la intermediación de amigos comunes para conseguir el irregular cometido.  

Con el respeto que se merecen, sugerimos volver organizadamente al sistema de atención directa a los abogados y revisión procesal.

Ahora, concretamente sobre las acciones procesales de los operadores de justicia, el asunto no es menos grave, pues no se despachan escritos, incluso se demoran inadmisiblemente las citaciones, con las cuales se traba la litis judicial en materia civil. Y es más, se determinan resoluciones y providencias, desatendiendo lo que consta del proceso, lo que puede ser por incapacidad o cualquier otra circunstancia, que de cualquier manera es deshonesto, por no aplicar la ley y no ceñirse a datos procesales. Por último, se  vuelven a sortear las causas inoficiosamente, causando retrasos que desconciertan a usuarios.

Arturo Santos Ditto