Los trastornos alimenticios también se pueden prevenir
Según los especialistas del Hospital materno infantil Sant Joan de Déu, de Barcelona, hay que enseñar desde pequeños la importancia de seguir unos hábitos saludables: establecer horarios de comida regulares, repartir la comida en 4 o 5 tomas al día, evitar saltarse las comidas y no picotear entre horas. Recomiendan, además, que los padres sean capaces de controlar 2 de las comidas de sus hijos al día.
La dieta debe ser sana, equilibrada y variada, que incluya todos los alimentos necesarios, con limitación de dulces y postres industriales y comida rápida. Es fundamental ofrecer verduras y frutas de forma variada.
El problema de los trastornos de alimentación es psicológico, y por este motivo es esencial que desde casa se cuide la autoestima. Es crucial ayudar a los jóvenes a no condicionar el cuerpo a una cuestión de apariencia.
Esto lo reforzará frente a los mensajes sobre estética, cánones de belleza y alimentación (como dietas milagrosas y productos dietéticos) que lanzan algunos medios de comunicación y la publicidad. La exaltación de la delgadez y las dietas restrictivas no son una solución a la epidemia de obesidad sino algo que puede tener efectos negativos en la salud.
El Hospital Sant Joan de Déu aconseja establecer una buena comunicación en el ámbito familiar, para que el niño se sienta seguro y, de esta manera, sea capaz de buscar la ayuda de su propia familia.