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Ecuador, 24 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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La adicción no se evapora con el cigarrillo electrónico (Infografía)

No importa qué tan electrónico sea un cigarrillo, sino la adicción que este pueda generar. A finales del año pasado, la revista especializada British Medical Journal sugirió que los llamados e-cigarettes (cigarrillos electrónicos) en lugar de ayudar a los fumadores a dejar el hábito, incentivan a más personas a unirse a su consumo.

En los países donde se permite su comercialización se ha demostrado que hasta el 17% de los adolescentes que los consumen nunca había fumado, mientras que casi el 10% se vuelve dependiente desde que lo prueba. Aunque parezcan inofensivos podrían poner nuevamente de moda un hábito que ha perdido popularidad por las fuertes restricciones sociales impuestas en los últimos años.

Desde 2008, la Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que su efectividad como herramienta para dejar de fumar no está comprobada, pero lo más preocupante es que pueden contener sustancias potencialmente cancerígenas, aunque en menor medida que las de los cigarrillos convencionales.

La versión electrónica es un sistema ‘inteligente’ de vaporización, cuyo éxito radica en la capacidad de emular la sensación de fumar. En realidad, lo que se inhala es la evaporación de un líquido que puede o no contener nicotina en distintas graduaciones. Con este método, se espera que el fumador disminuya su adicción a los químicos del cigarrillo tradicional hasta eliminarla.

Mientras los usuarios insisten en resaltar las bondades de este cigarrillo, la FDA, agencia responsable de regular los alimentos y medicamentos en Estados Unidos, advierte que en el mercado hay muchas versiones de este producto, las cuales pueden ser positivas y negativas. Es precisamente este amplio abanico de posibilidades lo que impide conocer con certeza todos los componentes y determinar si son o no dañinos.

El médico ecuatoriano Jorge Luis Pesantes advierte que estos cigarrillos no son tan inofensivos como parecen, porque al contener nicotina también resultan ser adictivos.

“En realidad, lo más recomendable es dejar de fumar, porque está comprobado que este hábito constituye un factor de riesgo cardiovascular. Los efectos perduran incluso después de dejar de fumar”, explica Pensantes.

El especialista indica que para quienes toman esta decisión, hay un grupo de antidepresivos aprobados por la FDA que fueron desarrollados por varias casas farmacéuticas con el objetivo de superar los cuadros de ansiedad y depresión que genera la abstinencia.

Al no existir informes médicos concluyentes sobre el daño que el cigarrillo electrónico puede causar, algunos países han optado por prohibirlos, Hong Kong, por ejemplo. En España, se han dado los primeros pasos para que se considere al cigarrillo electrónico como un producto más del tabaco. Allí, su uso está prohibido en establecimientos educativos, edificios y transporte público, servicios de atención al ciudadano. Por su parte, el gobierno francés limitó su uso en los espacios donde tampoco se permite fumar tabaco convencional.

Quienes cuestionan al e-cigarette aseguran que contiene propilenglicol, un compuesto que produce calor sin necesidad de quemar y gracias al cual emana el vapor. Aunque esta sustancia no es cancerígena, puede producir irritación en las vías respiratorias. En algunos casos, puede generar tos y ahogo.

El Especialista

‘Hay personas que fuman este tipo de cigarrillos en lugares cerrados’

“Hasta hoy, no existen estudios serios que prueben que fumar estos objetos es inofensivo para la salud humana. Además, permitir algo parecido a fumar es un duro golpe contra quienes luchan por desterrar este hábito tan perjudicial. Hay personas que fuman este tipo de cigarrillos en lugares cerrados y alegan que pueden hacerlo, porque el artefacto no causa problemas a la salud.

Hace poco, en un restaurante permitieron a un extranjero fumar este cigarrillo mientras el vapor inundaba el lugar. Entre los principales riesgos que conlleva el consumo de los cigarrillos electrónicos, también denominados e-cigarettes, está el generar la inhalación de la nicotina. La nicotina crea un efecto agudo en la activación del sistema parasimpático y sobre la pared vascular generando lo que los especialistas llamamos una vasoconstricción mucho mayor que la que produce las terapias sustitutivas porque estas son de acción más lenta y su consumo es por un tiempo limitado”.

Carlos Macaya, cardiólogo

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