El keniano David Rudisha recuperó su título de campeón del mundo de los 800 metros, que había ganado en Daegu 2011, dominando ayer la final de Pekín 2015, gracias a una última vuelta de 51 segundos.  

Campeón olímpico y plusmarquista mundial (1:40.91), Rudisha quedó por delante, con un crono de 1:45.84 minutos, del polaco Adam Kszczot (1:46.08) y del bosnio Amel Tuka (1:46.30).

Con su compatriota Ferguson Rotich a su lado, lideró el pelotón bajo un ritmo muy lento (54.17 en los primeros 400 metros), para acelerar progresivamente en la última vuelta. “Resolví el problema volviendo a encontrar mi esprint final”, indicó el vencedor.

Ausente en el Mundial de Moscú 2013 (problema en la rodilla), Rudisha no había recuperado su forma, sobre todo en la parte final de la carrera. Pero tras llegar a China, había anunciado que estaba “ya en forma”. El keniano había repetido dos veces esta temporada la táctica que le dio tan buen resultado en Pekín, mientras que en la reunión de Londres, en su mejor forma, había lanzado un ataque en solitario desde el principio.     

Por su parte, Nicholas Bett se proclamó campeón del mundo de 400 metros vallas, convirtiéndose en el primer keniano en conseguirlo en esta prueba a nivel mundial, con un tiempo en la final de 47.79 segundos. Bett, de 23 años, que suma la tercera medalla de oro para Kenia en estos campeonatos, con la mejor marca mundial de la temporada, quedó por delante del ruso Denis Kudryavtsev con 48.05, nuevo récord nacional, y Jeffrey Gibson, de las Bahamas, con 48.17. (I)