Este año el objetivo de Juan Pilataxi es completar las 60 maratones. En octubre pasado, en Guayaquil, cumplió las 50 y se convirtió en el primer ecuatoriano en correr tal cantidad de veces la prueba máxima del atletismo de fondo.

Son en total 2.109,75 kilómetros los que en 7 años de participaciones ha sumado este ibarreño, que ahora tiene 52 años y 52 competencias largas a su haber, pues después de estar en Guayaquil se presentó a las de Valencia, en noviembre, y Málaga, en diciembre.

Su cronograma 2015 consta de la Maratón de Cuenca (5 de abril), Rock ‘n’ Roll de Madrid (26 de abril), Rock ‘n’ Roll San Diego (31 de mayo), Rock ‘n’ Roll Seattle (13 de junio), Maratón de Quito (5 de julio), Maratón de México (30 de agosto), Rock ‘n’ Roll Portugal en Lisboa (18 de octubre) y Rock ‘n’ Roll  Las Vegas (15 de noviembre).

De castigo a sueño

Las primeras carreras de Juan no fueron precisamente por deporte, las hizo por castigo. Luis (58 años), su hermano mayor, quien seguía la carrera militar, cumplía las órdenes de su padre de reprender al menor haciéndole correr.

Así que, de tanto ir de aquí para allá, le cogió el gusto. A los 16 años de edad terció en la Media Maratón de la Gran Colombia (Quito), pero, en razón de no tener ni el calzado ni el entrenamiento adecuados, se retiró en el kilómetro 10. Terminó con los pies ampollados.

Aquel fracaso en lugar de desanimarlo lo empujó a optimizar las prácticas, hasta que lidió en la Quito Últimas Noticias y continuó con otras pruebas pedestres locales y nacionales. La primera maratón la corre en 1992, motivándose cada vez más a realizar nuevos desafíos.

Apasionado por el atletismo de largo aliento y amante de los libros de Records Guinness, en 2007 le nace la idea del ‘Reto Maratón’, en el que se impuso ser el primer ecuatoriano en sumar medio centenar de presencias en lides de 42,195 kilómetros.

Pero las cosas no resultaron sencillas. Ningún técnico, médico o nutricionista quería instruirlo; tampoco había en el país la cantidad suficiente de bregas en esta distancia y no consiguió empresas que deseen financiarlo. No faltaron quienes le recomendaron abandonar el emprendimiento creyendo imposible que alguien de su edad consiga tal propósito.

El panorama mejoró para él gracias al apoyo del adiestrador Juan Araujo, que resolvió prepararlo. También ayudó la decisión de vender sus bienes con el afán de costear los gastos de los viajes.
Faltaba vencer al peor enemigo: el miedo a lesionarse o deteriorar su salud, ya que debía superar la media de 3 intervenciones anuales que recomiendan los galenos a los fondistas. Hacer más significa desgastar huesos, músculos y articulaciones.

En 2010, cuando comenzó la misión, contaba con 11 maratones a cuestas. El plan era completar las 50 en 5 años, aumentando la cantidad en cada calendario. Durante la primera temporada cubrió 4 recorridos, en 2011 hizo 7, en 2012 aumentó 8, en 2013 batalló 10 veces y en 2014 subió a 12 su total anual.

Como buen profesor de literatura, tras concluir con éxito su proyecto, Juan se inventó un lema: “si lo puedes soñar, lo puedes lograr. Y si lo lograste, tienes derecho a seguir soñando”. Ahora ya organiza lo que sería una meta más ambiciosa: ser el primer ecuatoriano en concluir 100 maratones.

Obsesionado y loco

José Pilataxi (55 años), hermano de Juan, lo califica de perseverante; de esos hombres que no descansan hasta conseguir lo propuesto. Hay momentos en los que no concibe cómo aquel chiquillo que detestaba ingerir espinacas es capaz de vencerse a sí mismo y derrotar cualquier obstáculo.

Algo a reprochar es la obsesión por llegar a donde quiere, al punto de sacrificar parte del patrimonio familiar con la finalidad de alimentar sus aspiraciones. Aficionado a los tallarines, a los pasillos y a las obras de Gabriel García Márquez, Juan piensa más en el presente que en el futuro.

“Es un obsesionado bueno”, dice su amigo Nelson Vásquez (54 años), quien lo conoce desde hace 4 décadas, época en la que compartían los patios del colegio Teodoro Gómez de la Torre, en su natal Ibarra.

Vásquez, el popular ‘Ironman ecuatoriano’, fue quien inspiró parte de los anhelos de Pilataxi. Se alegra porque, gracias a sus travesías, tiene mucho que contar a sus alumnos en la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), donde da clases de lenguaje.

“Cada ser escribe una historia en el mundo, la de Juan es ser el ecuatoriano maratón e inspirar a otros a superarlo”, precisa Vásquez.