El mejor velocista del país no alcanza aún la marca base para participar en los juegos olímpicos ‘río de janeiro 2016’
Falta de autocontrol y problemas de salud provocan el bajo desempeño de Quiñónez
Problemas económicos, decepciones y falta de control conspiran para que el velocista Álex Quiñónez (26 años) no consiga el desempeño que, por potencial, sería capaz de desarrollar en su carrera deportiva. Así lo considera Celso Cortez, uno de los dos entrenadores con los que trabaja el exponente.
Anoche se esperaba su arribo a Quito y hoy su llegada a Esmeraldas para continuar su preparación para intentar clasificarse a los Juegos Olímpicos ‘Río de Janeiro 2016’, un objetivo que le es esquivo desde el año pasado.
En 2015, prácticamente las chances de asegurar el boleto a las justas ‘cariocas’ terminaron. Tratará de hacerlo en 2016. Entre las bregas clasificatorias constan los Grand Prix Sudamericanos, el Campeonato Nacional Absoluto y el Campeonato Iberoamericano.
Cortez asegura que los inconvenientes financieros han incidido en el rendimiento del cultor, quien desde que se casó en 2013 adquirió las responsabilidades de esposo y, hace casi un año, de padre, una vez que nació su hija.
Diferencias con su exinstructora, la cubana Yosvania Molina, derivaron en que no se sintiera a gusto y no tener el ambiente adecuado para lograr las metas trazadas; 2014 fue un año poco grato para Quiñónez en lo que a conquistas se refiere.
Cortez no duda de la calidad de Molina, pero no tuvo el temperamento para manejar al esmeraldeño, quien, por encima de ser sencillo y humilde, tiene un carácter bastante fuerte. Desacuerdos como ir a competir en el Campeonato Iberoamericano de 2014, pese a que Álex padecía una grave afección gripal, desembocaron en la ruptura de la relación laboral.
Molina renunció al cargo y luego de un mes sin técnico, a finales de mayo último, Quiñónez se puso a órdenes de Jorge Casierra y Celso Cortez, 2 de los 3 adiestradores que lo llevaron a clasificarse a los Juegos Olímpicos ‘Londres 2012’.
La Federación Ecuatoriana de Atletismo (FEA) se contactó con Casierra y en junio el atleta y el profesor se juntaron en Cuenca para alistar la presencia de Quiñónez en el Campeonato Sudamericano que se cumplió en Lima entre el 12 y 14 de ese mes.
Cortez dice que el reencuentro fue positivo y se reflejó en los resultados: Álex se adjudicó la medalla de oro en los 200 metros, la de plata en los 100, y la de oro en los relevos 4x100 metros junto a Ánderson Quintero, John Jairo Valencia y Franklin Nazareno.
Y si bien en los Juegos Panamericanos ‘Toronto 2015’ quedó cuarto en su heat y clasificó a las semifinales por buen rendimiento en los 200 metros lisos, con 20s59c estuvo a 9 centésimas de conseguir la marca mínima para inscribirse en los Juegos Olímpicos (20s50c).
Sobre los problemas económicos, Cortez expresa que el bajar de la beca A del Plan de Alto Rendimiento a la beca D, le ha causado más de una preocupación a su discípulo. En 2014, Quiñónez percibía 7 salarios básicos unificados ($ 2.380 en aquel entonces), pero en razón de su irregularidad, en 2015 pasó a percibir 2 salarios básicos unificados ($ 708).
Con compromisos adquiridos, como la adquisición de bienes, el pago del arriendo de su vivienda en Guayaquil y el satisfacer las necesidades básicas de su familia, los ingresos no le alcanzan. “Paga $300 de arriendo. Álex es dueño de una casa que le entregó el Gobierno en Esmeraldas, pero se radicó en Guayaquil porque, mientras estaba con su anterior entrenadora, pasaba allá; además, un hijo en edad escolar de su pareja estudia en Guayaquil”, detalla. A eso se añade que, como joven, Álex sale a divertirse con sus amigos en Esmeraldas. “No es que salga todos los días. Eso es algo que queremos cambiar, falta control”, asevera Cortez.
El atleta tampoco ha gozado de estabilidad en su salud. Dolores estomacales o gripes le han impedido más de una vez mantenerse al 100%. El aleccionador no sabe si durante su distanciamiento con ellos recibió la atención médica que requiere un atleta de su categoría.
Quiñónez se entrena en Esmeraldas con Jorge Casierra y Celso Cortez, bajo la perspectiva de alcanzar su mayor nivel y retornar a los planos estelares. Ellos, junto a Roberto Erazo, lo guiaron a las olimpiadas de 2012, donde el exponente escribió una página histórica para el deporte ecuatoriano al acceder a la final de los 200 metros.
Franklin Tenorio, presidente de la FEA desde octubre de 2012 a octubre de 2013, recuerda que Álex es un hombre especial, alguien a quien le motivan mucho las muestras de cariño. Pasar lejos de su familia le afectaba, por lo que entrenadores o directivos siempre estaban en contacto con él.
En aquella época, pese a tener mayores ingresos, no se escapaba de los contratiempos económicos. Atendía sus necesidades y las de su familia en Esmeraldas; la plata no le alcanzaba. Franklin siempre le aconsejaba que ahorrara o administrara mejor los recursos y le recomendaba que cuidara su imagen, ya que es un deportista profesional. (I)
DATOS
Celso Cortez pertenece al cuerpo de instructores de la FEA. Extraoficialmente se conoció que Jorge Casierra no tiene contrato con dicha institución.
José Nobrega, representante de la velocista Ángela Tenorio, también estuvo a cargo de Álex Quiñónez, pero la relación no prosperó. Manuel Bravo, titular de la FEA, dijo que Nobrega no tiene licencia de la IAAF.
La instructora cubana Yosvania Molina fue contratada por la FEA y estuvo alrededor de un año con Quiñónez, con quien hubo diferencias; a raíz de su salida se trasladó a residir a los Estados Unidos.
Álex Quiñónez solo buscará la marca para clasificar a las olimpiadas en los 200 metros. Sus técnicos creen que al centrarse en una sola prueba se optimizará su rendimiento y se aumentarán sus opciones de clasificar. (I)
Kenia quiere criminalizar el dopaje
El vicepresidente de Kenia, William Ruto (foto), anunció ayer la intención del Estado de criminalizar el dopaje, después de las suspensiones tras los controles positivos de dos atletas kenianas, Koki Manunga y Joyce Zakary, durante los campeonatos del mundo de Pekín.
Preguntado por el problema de dopaje, el Ejecutivo keniano va, según Ruto, a “discutir medidas para reforzar el peso de la Agencia Antidopaje (Kenia) y darle un marco jurídico”.
La delegación keniana, aclamada ayer en su llegada al aeropuerto de Nairobi, consiguió, por primera vez desde 1983, dominar los mundiales de Pekín liderando el medallero con 7 oros, 6 platas y 3 bronces.
Pero su éxito sobre la pista se ve empañado por las sospechas después de que dos de sus atletas -Koki Manunga y Joyce Zakary- dieron positivo en tests selectivos realizados en los hoteles de los atletas, antes de las pruebas, y fueron temporalmente suspendidas.
“El Gobierno se toma este problema muy en serio”, añadió Ruto, afirmando que su plan antidopaje no irá simplemente en contra de los atletas, sino también contra los médicos que administren estos productos dopantes, así como los entrenadores o los agentes deshonestos.
Antes de los mundiales, Kenia ya fue sacudida por asuntos relacionados de dopaje, sobre todo en enero, cuando Rita Jeptoo, estrella del maratón, fue suspendida dos años por utilizar EPO.
Según las informaciones divulgadas en agosto por la cadena alemana ARD y el diario inglés Sunday Times, más de 800 atletas, 18 kenianos, presentaban “resultados sospechosos en los tests sanguíneos” entre 2001 y 2012.
Estas polémicas sucesivas llevaron, a principios de agosto, a muchos atletas kenianos de alto nivel a pedir un refuerzo de las medidas para luchar contra el dopaje. Moni Wekesa, uno de los responsables kenianos de la lucha antidopaje, estimó que la federación “no ha hecho los suficiente para educar a los deportistas”. (I)