A lo lejos, cuando vio tantas linternas encendidas, Raúl Mosquera (71 años) creyó que se trataba de una procesión religiosa. Lo raro fue que las personas iban muy rápido. Eran los 900 atletas que participaron en la segunda edición de la prueba pedestre ‘Chaquiñán Nocturno 10K’, que se celebró el sábado anterior entre Cumbayá y Puembo, parroquias rurales de Quito.

Parado en la esquina de las calles 25 de Julio y Eloy Alfaro, don Raúl observó el paso de los atletas por la vieja estación del tren y desde donde hace 100 años partían los puembeños hacia San Lorenzo (Esmeraldas).

Desde 2013 y gracias a la organización de la carrera, de nuevo hay movimiento masivo en aquel sector. El primero en aparecer a vista del lugareño fue Edwin Calle, quien 500 metros más adelante cruzó la meta y se consagró campeón de la división senior. A él le pareció bastante linda la ruta, sobre todo porque no presenta elevaciones pronunciadas. Aunque lo mejor de correr de noche, según él, es avanzar fresco, sin el calor del día.

Y es que el ‘Chaquiñán’, cuyo recorrido incluye un tramo del antiguo ferrocarril, presenta un camino muy interesante, que se redescubre en la oscuridad con la ayuda de las linternas.

Otra que se sintió a gusto ejercitándose a esas horas es Nataly Manosalvas, vencedora por segunda ocasión de la serie senior femenina. Siempre le viene bien aquel ‘cansancio tan sano’, dijo.

En las otras categorías ganaron María Burbano (juvenil damas), Marien Quishpe (máster damas), Ligia Solá (súper máster damas), Cristian Chamba (juvenil varones), César Fioravanti Dos Santos (máster varones) y Jaime Ninaguano (súper máster varones).

La premiación a los triunfadores se hizo en el parque central de Puembo. La competencia es impulsada por el Centro Para la Capacitación y Prevención de las Enfermedades de la Mujer Ecuatoriana (Cepreme), que anualmente costea los tratamientos de mujeres afectadas por distintos tipos de cáncer.