A Bolt un calambre lo ‘dominó’ en su despedida
Usain Bolt no tuvo la mejor de las despedidas. En la última carrera de su vida como atleta, la final del relevo 4x100 metros del Mundial de Londres-2017, terminó en el suelo, debido a un calambre y sin medalla.
El mejor atleta de todos los tiempos cerraba el relevo de Jamaica y corría hacia su última medalla, que parecía ser de bronce, al ir lejos Gran Bretaña, que se hizo sorprendentemente con el oro, y Estados Unidos, plata.
Pero a unos 40 metros de la meta, Bolt aminoró el ritmo, quejándose de su pierna izquierda.
El jamaiquino trató de llegar a la meta y desistió, quedando boca abajo, desconsolado.
“Es un calambre en la parte posterior del muslo izquierdo, pero el dolor es sobre todo por la decepción por perder la carrera”, informó el médico de la delegación jamaicana, Kevin Jones.
Gran Bretaña ganó con un tiempo de 34.47, sorprendiendo a los estadounidenses, segundos con 37.52, grandes favoritos, con Justin Gatlin y Christian Coleman, oro y plata en 100 metros, mientras que el bronce fue para Japón (38.04).
Pero el resultado era lo de menos. La noticia, triste, era que Bolt no se retiraba del atletismo como merecía, en un podio, o al menos llegando a la meta.
“Nos pedía perdón, pero le dijimos que no tenía que excusarse, que las lesiones son parte del deporte”, afirmó uno de los componentes del cuarteto jamaiquino, Julian Forte.
Omar McLeod, por su parte, rindió homenaje a su compañero.
“Todos estábamos sorprendidos por la lesión, pero el nombre de Bolt vivirá para siempre”, dijo el campeón mundial de 110 metros vallas.
Nada hacía imaginar ese final cuando se veía a un Bolt relajado en los momentos previos, cuando se cruzó en el pasillo hacia la salida con la mascota del Mundial, que le puso una pequeña pancarta con la frase “See you soon” (Hasta la vista) y Bolt bromeó boxeando con el muñeco.
Lo ganado e innegable
Triste final para el campeón, para quien el Mundial de Londres-2017 sería su retirada ‘soñada’.
Bolt, que cumplirá 31 años el próximo 21 de agosto, no perdía en relevos desde el título de los Juegos de Pekín-2008, al que sumó dos triunfos olímpicos más en Londres-2012 y Río-2016. Sin embargo perdería este año el oro de relevos de Pekín-2008 por el positivo por dopaje de su compañero Nesta Carter.
En 100 metros, hasta este bronce en Londres-2017, no había perdido ninguna carrera en un gran evento desde Pekín-2008, logrando tres oros olímpicos y otros tantos mundiales en Berlín-2009, Moscú-2013 y Pekín-2015. Solo se le escapó el oro de 100 metros en el Mundial de Daegu-2011. Debido a una salida falsa quedó eliminado y el oro lo ganó su compatriota Yohan Blake.
Para la prueba de 200 metros, fue en la única en que se mantuvo invicto desde Pekín-2008, sumando tres oros olímpicos y cuatro mundiales. Aunque era su prueba favorita, no quiso disputar los 200 metros para no seguir forzando su ya desgastado físico.
Pese a los traspiés de 100 metros y el relevo 4x100 metros de Londres, nadie puede quitar a Bolt la etiqueta del más grande atleta de todos los tiempos. Y uno de sus legados son los récords mundiales de 100 metros (9.58) y 200 metros (19.19), que persisten desde 2009.
Bolt no pudo sumar su decimoquinta medalla, que habría sido un récord más para el corredor jamaiquino. (I)
Bolt prefería el fútbol y el cricket al atletismo
Usain Bolt, que se retiró del atletismo, quería ser futbolista o jugador de cricket. Pero tuvo la ‘mala suerte’ de nacer en Jamaica. En la isla caribeña, la velocidad es casi una religión. Las competiciones interescuelas de atletismo cuentan con audiencias inimaginables en otros países.
Pero Usain St Leo Bolt, que mide 1,95 metros, jugaba en la calle con su hermano, Sadiki, al fútbol y al cricket, cerca de la tienda de comestibles de sus padres, Wellesley y Jennifer, en Sherwood Content, una pequeña ciudad.
El pequeño Usain, nacido el 21 de agosto de 1986, pasó soñando ser jugador de cricket o en el peor de los casos, de fútbol.
Se llamaba Leo como segundo nombre, igual que Messi, guiño al deporte.
Entró a formar parte del equipo de cricket de secundaria, pero el entrenador se dio cuenta de que su rapidez era más explotable en el atletismo.
Una de las causas por las que Bolt huía el atletismo es porque se trata de un deporte muy exigente en entrenamientos y esfuerzo. Y es que el jamaiquino siempre se ha reconocido como “un vago”.
“Soy bastante vago. Lo que más me gusta es tumbarme en el sofá y pasarme cuatro horas viendo deportes en la televisión”, señaló en una ocasión. “Pero soy un competidor. Me gusta ganar. Esa ha sido mi motivación en el atletismo”, explicó.
Una vez retirado del atletismo, a sus casi 31 años, ya no tendrá que sufrir los largos y duros entrenamientos a los que le ha sometido todos estos años su entrenador, Glen Mills.
Y su futuro está en Jamaica, un país y una cultura en la que se siente bien.
Sus oros mundiales y olímpicos los habría cambiado por ser jugador del Mánchester United, su equipo favorito. (I)