Los oficiales de la Policía quieren bajo perfil para colaborar
El 1 de marzo de 2008 se produjo el ataque aéreo de las fuerzas militares de Colombia a un campamento de las FARC en el sitio denominado Angostura.
El Gobierno ecuatoriano decidió romper relaciones con Colombia por considerar que el ataque constituyó una evidente violación a la soberanía nacional.
La ruptura de relaciones tuvo también como antecedentes las acusaciones del Gobierno colombiano, en la administración de Álvaro Uribe, que insinuó la existencia de acuerdos entre las FARC y el Gobierno del Ecuador.
El presidente Rafael Correa ordenó crear una primera comisión para que levante un informe del tema y esta a su vez sugiere la conformación de la denominada “Comisión de la Verdad-Caso Angostura”.
La embajada emite un comunicado a Washington el 8 de noviembre de 2008, una vez que esa comisión entrega el primer informe del caso.
La jefa de la diplomacia, Heather Hodges, señala que en “el informe acusa a ‘USG’ de participar en el ataque el 1 de marzo y sugiere la posible implicación de la base de Manta”. Heather advierte que las recomendaciones que la comisión proporciona en el informe “podrían perjudicar o impedir la asistencia de ‘USG’ a algunas unidades y reducir su eficacia”.
La presentación del informe podría incluso, dice, “complicar cierta cooperación de seguridad, especialmente con contactos involucrados en actividades relacionadas con la inteligencia. Por ejemplo, autoridades superiores de la Policía ecuatoriana han dicho que les gustaría seguir cooperando, pero en bajo perfil.
La cooperación con la unidad de Policía investigada probablemente será suspendida. Nuevos acuerdos bilaterales de cooperación relacionados con la seguridad futura serían complicados, al menos en el corto plazo”.
El 11 de marzo de 2009, Hodges realiza un extenso recuento sobre los hechos que antecedieron a la ruptura de relaciones con Colombia tras un año de la decisión tomada por el gobierno del presidente Correa. Hodges se muestra escéptica sobre cualquier cambio en la actitud del mandatario ecuatoriano.
“Dudamos que el gobierno de Correa haga todo lo posible para lograr la reconciliación mientras está en campaña para las elecciones del 26 de abril. Correa parece creer que tiene más que ganar con el conflicto que buscar una solución significativa”.