La presencia de Julian Assange en la Embajada de Ecuador en Londres es un evento político relevante en el contexto internacional.

El gobierno ecuatoriano, al entregar el asilo a Assange, se insertó de manera significativa en el escenario mundial.

Creo que es positivo que el país haya optado por esta iniciativa, pues el creador de WikiLeaks tiene una importante relevancia política a escala mundial, por el hecho de haber revelado documentos de la diplomacia americana.

En el caso de los medios de comunicación, las empresas privadas de la información intentaron descalificar la iniciativa del Gobierno, politizando el tema de Assange y dirigiéndolo a sus propios intereses.

Quisieron hacer del tema, una vez más, una base para crear oposición hacia el Gobierno de Rafael Correa. Pretendieron entablar una relación entre esta iniciativa y la reacción política de los Estados Unidos, diciendo que Norteamérica tomaría represalias contra el Ecuador.

De igual manera en el tema de la libertad de expresión, develar o filtrar información de documentos secretos que afecten a las mayorías o a la ciudadanía del mundo es válido.

La propia práctica de filtrar documentos  es la consecuencia del ocultamiento de información de países que solo velan por sus intereses, a pesar de que este contenido  pueda afectar a la mayoría de ciudadanos.

Por esta razón es necesario que alguien revele esta información, porque mantenerlas en secreto afecta a los intereses de las mayorías.

En ese sentido tiene toda la legitimidad y es deseable que se evidencie documentos, para que los ciudadanos del mundo no se vean perjudicados.