Assange y diversificación de relaciones impulsan liderazgo internacional
Cada vez más Ecuador, su Gobierno y su Presidente hacen noticia por fuera de sus fronteras. Hay interés por la fuerte tensión política que Rafael Correa ha desatado al plantarse en determinados temas como la presencia de Cuba en las reuniones de la OEA o su posición ante la CIDH y el asilo para Julian Assange. Ese protagonismo internacional es, quizá, una diferencia marcada con los anteriores años.
Ecuador ha sido portada de los diarios por las relaciones que ha entablado con países que nunca habían aparecido en la agenda diplomática ecuatoriana. Allí están Turquía, China, India, Rusia, Bielorrusia e Indonesia.
El experto en derechos humanos Xavier Flores considera, en términos generales, que la política exterior ecuatoriana en la actual administración, no sólo en el último año sino desde 2007, se ha caracterizado por alejarse del tutelaje de Estados Unidos e intentar mantener una agenda basada en los intereses nacionales.
Esta opinión es compartida por Mario Ramos, director del Centro Andino de Estudios Estratégicos, quien entre otras cosas dijo: “Hay personas que se llenan la boca al decir que vivimos en un mundo globalizado y caen en contradicción al criticar que Ecuador se abra al mundo en sus relaciones comerciales y diplomáticas”.
Él explica que no se puede depender de un solo mercado porque eso pone en riesgo la economía de un país. Ramos cree que la decisión del actual Gobierno de entablar trato con países “enemigos” de EE.UU. es una decisión correcta, ya que eso ayuda al país a no ser dependiente del mercado norteamericano.
No hay ideología de por medio, porque Correa se ha reunido con los presidentes de Turquía e Irán, con el interés de profundizar en las relaciones económicas. Cabe recalcar que estos dos países están enfrentados entre sí por la geopolítica de Medio Oriente.
El Gobierno no se ha inmiscuido en esos asuntos; la prioridad ha sido, en el caso turco, lograr nuevos mercados para el banano y con Irán fomentar el intercambio de ciencia y tecnología.
Assange centra la atención mundial sobre Ecuador
Probablemente el mayor hecho que ha puesto a Ecuador en la palestra internacional es el pedido de asilo político del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien previamente había entrevistado a Rafael Correa para un programa especial en la cadena Russia Today.
Para Renata Ávila, experta internacional en derechos humanos, la solicitud de refugio se da por la visión que tiene Correa en el tema del Buen Vivir y el respeto a los derechos humanos, tanto para nacionales como para extranjeros.
Mario Ramos considera que si fuera aceptado el pedido del “archienemigo” de Estados Unidos, el Gobierno demostraría su espíritu humanitario y democrático que en el último año ha sido criticado, especialmente por aquellos que opinan que Correa no respeta la libertad de expresión.
“Assange representa a la verdadera libertad de prensa y de expresión. Con su pedido al Gobierno ecuatoriano, está demostrando que sí se respetan esos derechos”, expresa también Ávila.
Críticas a la CIDH y destitución de Lugo
Justamente es la postura del presidente Correa sobre los medios latinoamericanos lo que originó el otro gran frente de batalla de Ecuador en el concierto de naciones.
El Primer Mandatario cree que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) está influenciada por los grandes capitales y lo que llama “oenegecismo”.
Con esa crítica, viajó hasta Cochabamba (Bolivia) y se convirtió en el protagonista de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Allí el gobernante criticó la relación de la Comisión con varias organizaciones no gubernamentales o fundaciones y cuestionó el hecho de que únicamente la Relatoría para la Libertad de Expresión tenga la potestad de emitir un informe independiente y cuente con su propio presupuesto.
Correa reprochó que el financiamiento del Sistema Latinoamericano de Derechos Humanos provenga en su mayoría de EE.UU. y la Unión Europea. El primero porque no ha ratificado el Acuerdo de San José, que da vida a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), mientras que el segundo es un actor ajeno a la región.
El último gran conflicto que afrontó la política internacional ecuatoriana fue el golpe de Estado contra el presidente paraguayo, Fernando Lugo. Como lo hizo en el caso de Honduras, Ecuador presionó en el marco de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para que se apliquen sanciones a los golpistas.
Xavier Flores comenta que Ecuador tiene nuevas alianzas regionales que surgen en reemplazo de ese antiguo “amparo” norteamericano, como fue en su intervención en el caso paraguayo y en lo que se refiere a la CIDH.
Actualmente Ecuador, junto con Venezuela, lidera una iniciativa internacional para reformar el Sistema Latinoamericano. El debate de esta propuesta ya fue aprobado y se espera el inicio de las conversaciones para finales de año.