“En América Latina no hay debate. Cada día la prensa repite lo mismo”
La decisión del Gobierno ecuatoriano de otorgar asilo político al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, causó revuelo en el mundo entero. Las manifestaciones de respaldo al denominado “enemigo” de Estados Unidos y, a su vez, las reacciones diplomáticas no se hicieron esperar. La comunidad internacional observó atenta cómo se desarrollarían, de ahí en adelante, las relaciones bilaterales entre Ecuador y Reino Unido, sin imaginar que América Latina tomaría una postura y defendería su soberanía. En ese marco, el economista Mark Weisbrot llegó al Ecuador para analizar el caso Assange y su repercusión en la política internacional.
Julian Assange lleva más de dos meses en la embajada ecuatoriana en Londres y su asilo ha desatado un debate mundial. ¿Cree que Ecuador tiene el peso político para lograr el salvoconducto?
Sí. Todos los países independientes de Suramérica harían lo mismo si Assange acudiera a otra embajada, sea la de Brasil, Argentina o Bolivia. Lo que ocurre con él es un caso muy obvio de persecución porque no hay cargos criminales en contra de Assange como para extraditarlo.
Ellos (Suecia) pueden entrevistarlo en Inglaterra. Algo parecido ocurrió hace unos meses en Serbia, donde entrevistaron a una persona que era sospechosa de asesinato. Suecia puede entrevistarlo en la embajada de Ecuador en Londres, nada más que quieren entregar a Assange a Suecia porque los Estados Unidos quiere extraditarlo.
¿Cree que la acción inglesa es más alineada a sus intereses que al manejo riguroso de su marco legal?
Los tratados internacionales tienen prioridad. En este caso, la Convención de Viena es lo más importante, es la ley más importante de las relaciones internacionales, es el fundamento de las relaciones diplomáticas. Si un país puede invadir una embajada no hay diplomacia. Lo que ha hecho Inglaterra la semana anterior no tiene precedentes. Aun los nazis en los años 30 o 40 no invadían embajadas cuando allí había personas con calidad de refugiados.
A Assange se lo ha tildado de pirata informático, ¿qué lectura tiene de lo que él ha hecho al difundir varios documentos diplomáticos?
Lo que hizo WikiLeaks lo han hecho los periódicos cada día, el New York Times o El País. Cuando ellos tienen materiales que previamente son documentos clasificados los publican, esa es su responsabilidad como periodistas. Acá es notorio que solo están persiguiendo a Assange e intentando ponerlo en la cárcel. Y no podrían hacer lo mismo si en este caso fuera el New York Times el que hubiera conseguido y difundido esta información.
Assange es la figura visible de WikiLeaks, apresarlo no acabaría con la organización...
Probablemente no. Ellos pueden seguir funcionando. El Gobierno de Estados Unidos quiere castigar a todos los que están involucrados en la diseminación de los documentos que los han avergonzado. Un ejemplo sería cómo funciona una mafia. Una persona que mata a otra porque vende drogas en una esquina sirve solo para establecer el ejemplo para que otros no hagan lo mismo.
Washington, en colaboración con los gobiernos de Suecia, Australia y Reino Unido, están trabajando para castigar en el menor tiempo posible a quienes diseminaron la información que ellos preferirían ocultar.
¿Cómo se ha cubierto el caso Assange desde el periodismo?
Ha sido terrible la cobertura, es lo más terrible que he visto en décadas. Lo que hace la prensa, por ejemplo, en Estados Unidos es muy simple de explicar. En el área de la política extranjera no es tratada de la misma forma que los temas domésticos, donde hay debate. En esa área el único debate que se lee es el que se da al interior del Gobierno. En Medio Oriente hay mucha gente al interior del Departamento de Estado que no está de acuerdo con la política exterior de los Estados Unidos y por eso hay debate, un poco. Pero para el caso de América Latina no hay debate. Cada día la prensa repite lo mismo. Es monolítico el asunto.
¿Cómo analiza lo que ha ocurrido hasta ahora con el caso Assange?
El problema es ahora que Reino Unido, Estados Unidos y Suecia no quieren negociar con el Gobierno ecuatoriano, cuando este sí intentó negociar con ellos y Estados Unidos dijo que no está dispuesto. Ya sabe lo que pasó con Reino Unido, ellos amenazaron a Ecuador. Y Suecia tampoco quiso llegar a un acuerdo.
Ecuador ofreció la posibilidad de entrevistarlo en su embajada, donde Assange está refugiado -en lugar de extraditarlo- si garantizan que no lo entregarán a Estados Unidos. La posición estándar en Reino Unido, de acuerdo al derecho, es que al autorizar la extradición esa persona tiene 45 días de libertad y después, en este caso, iría a Suecia, pero también tienen la potestad de negar ese derecho. Pueden políticamente obviar esa ley y dejar que extraditen a Assange inmediatamente. Ecuador pidió garantías para que eso no suceda, Londres decidió no dar esa garantía y Suecia no garantizó que Assange no iba a ser extraditado a Estados Unidos.
Ambas condiciones no favorecían las pretensiones de Ecuador, país que puso de su parte, pero ellos no negociaron. Suecia todavía no ha dado ni una sola razón del porqué no puede entrevistarlo en la embajada. Ni tampoco ha dicho que no lo extraditarán a Estados Unidos. Este no es un caso de investigación criminal en Suecia, esto es completamente diferente. Se puede ver obviamente que esto es en contra de WikiLeaks. El caso criminal es solo una excusa.
Hay gente que dice estar defendiendo a las mujeres que lo acusan, pero si ellos quieren que el caso sea investigado harían que Suecia indagara. Para investigarlo solo deberían hablar con Assange, pero ellos se rehúsan a hacerlo porque tienen otra agenda.
Ecuador lleva la posta y se le han sumado los demás países de América Latina y los organismos internacionales, ¿tienen en realidad un papel protagónico en este juego de fuerzas políticas?
Creo que la reacción de América Latina forzó a Reino Unido a que se retracte en su amenaza porque todo el mundo sabe que eso está fuera de las normas de una sociedad civilizada. Pero para cumplir con la ley internacional, deben otorgar el salvoconducto a Assange para que pueda ir a Ecuador. Eso será más difícil, pero me parece que para ello debe existir el apoyo de otros países y de la sociedad civil. También creo que Ecuador tiene que acudir a la Corte Internacional de La Haya.