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El Telégrafo

Yasuní, la guerra anunciada

24 de junio de 2013

A la expectativa de que se acerca el plazo que se fijó el país para determinar el destino del petróleo que se encuentra en ese lugar amazónico, los enemigos jurados del régimen empiezan a preparar sus armas mortíferas no pensando en el país sino buscando con afán lo que pueda hacer daño, haciendo circular perversas especulaciones.

Ya perdida por esos implacables enemigos una batalla con la expedición de la Ley de Comunicación y constatado que los pelucones universales no sintieron ni cosquillas en los codos para conmoverse con la propuesta ecuatoriana de dejar el petróleo bajo tierra a cambio de compensar económicamente al pequeño país dispuesto a dar un ejemplo a la humanidad de querer sacrificar parte de su riqueza extremadamente necesaria para un país con pobreza y desnutrición, carente de servicios para llegar al buen vivir, en beneficio de preservar una zona extraordinaria por su riqueza ambiental.

Somos parte de un continente que tiene una muy larga historia de extracción, en casi todos sus países, que explotaron esas riquezas naturales para atender sus necesidades: la minería tiene terreno fértil en la región. Metales como el oro, plata, cobre, hierro, antimonio, cromita, diatomita y en Cuba el níquel. En Argentina se extrae antimonio, bismuto, mercurio, estaño y tungsteno. En Brasil hay extracción de piedras preciosas y semipreciosas y es importante el estaño y el oro aluvial, la vermiculita y el estaño; en Colombia es relevante la explotación de esmeraldas y en otras regiones carbón, hierro, azufre, plomo y mercurio en grandes o pequeñas escalas, según las posibilidades de comercialización.

La defensa del medio ambiente ha generado un significativo avance en los procedimientos tecnológicos y científicos para aminorar los impactos negativos que toda actividad productiva humana genera contra la naturaleza.

Las actividades de pesca, ganadería y ciertos cultivos pueden también afectar el medio ambiente, por lo que el Estado debe precautelar que ellas no afecten a la naturaleza como por desgracia también provocan perjuicios la basura y deshechos, las aguas servidas y la polución atmosférica por muchas actividades humanas que no son controlables como fuera deseable y que ocurren en todo el orbe.
Dilema tremendo que afecta a la especie humana pero que no justifica a la antipatria.

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