Hace apenas unos pocos días se celebró el Día Internacional de la Paz, ya que es el 21 de septiembre el día dedicado por la Organización de las Naciones Unidas para conmemorar una fecha tan crucial para el planeta.
Esta referencia es hoy más relevante que nunca, si consideramos la situación que atraviesa el mundo en sus diferentes latitudes, con las guerras en Ucrania luego de la invasión de Rusia, la de Medio Oriente luego del ataque del grupo terrorista Hamas al estado de Israel, con las permanentes incursiones de los grupos narco delincuentes a los territorios de América Latina, lo que causa muertes, emigración forzada en búsqueda de zonas menos conflictivas, así como un gran deterioro emocional, ambiental y económico.
Por ello, en esta columna, queremos relievar el trabajo que hacen muchas organizaciones de mujeres como las Mesas Redondas Panamericanas, que desarrollan iniciativas muy válidas para inculcar en los niños un sentimiento de paz, tanto la interna que es muy importante, aquello de estar en paz con uno mismo, como también la paz en los establecimientos educativos, en los hogares, que, por supuesto, luego se extiende a la sociedad.
Ese trabajo que se desarrolla a través de charlas, de mensajes en las redes, de concursos de literatura y de pintura, de marchas, de celebraciones religiosas y otras iniciativas más, sirven para llamar la atención sobre este bien tan preciado como es la paz y también para alimentar las mentes y corazones de niños y jóvenes con conocimientos sobre la importancia de la paz.
Desde luego hay muchas otras organizaciones que trabajan bajo los dictados de Naciones Unidas y que lo hacen de manera eficiente desde diversos ámbitos a través de las Embajadas por la paz, Mil Milenios de Paz, FOWPAL y otras instancias que trabajan intensamente por difundir los principios de paz que nos son tan indispensables.
Ojalá en cada mente de niño y joven se arraiguen los principios y la práctica de paz como un bien que no podemos dejar morir ni arrebatar.