Una de las instituciones financieras aupadas por el Banco Central Europeo (BCE) es Goldman Sachs, este banco de EE.UU. se llevó un botín de $ 800 millones por falsificar los datos para que Grecia cumpliera con los requisitos exigidos para su ingreso a la eurozona. Que se sepa, nadie fue condenado por esta estafa, es más, las comisiones del Parlamento Europeo, designadas para investigar este delito, se enfrentaron con el más absoluto hermetismo; el BCE usó todo tipo de artimañas para negarles información que permitiera llevar a cabo cualquier auditoría. Y no podía ser de otra manera, estos préstamos se hicieron sin que la ciudadanía griega conociera de qué se trataban y se los destinó a actividades que únicamente enriquecían a la minoría de siempre, que llevó a cabo este asalto financiero con total impunidad.
Además, cada nuevo tramo de ayuda de la troika no resolvía la crisis de la deuda griega sino que la agravaba, por algo Putin les pregunta: “¿Si los anteriores gobiernos griegos no administraron debidamente los rescates que les proporcionaron, dónde estaba entonces la Comisión Europea?” Y no exagera, el primer préstamo para rescatar a Grecia fue de 110.000 millones de euros, de los que 108.000 fueron a parar a los bolsillos de los bancos. En el caso de Grecia, que gasta en defensa el porcentaje europeo más alto en la OTAN (el 3% de su PIB), se adquirieron armas con el cuento de un hipotético enfrentamiento con Turquía, pero el real objetivo de los “planes de rescate” fue salvar a los bancos de Alemania, Francia y otros países, bancos que reciben dinero del BCE a un interés menor al 1% mientras cobran a los deudores intereses que pueden llegar al 18%.
Los pueblos de Europa comprenden que este problema afecta no solo a Grecia sino a todos ellos y que ha llegado la hora de actuar para impedir que la dictadura financiera de la troika destruya las bases de la democracia. La gente quiere ser libre y se organiza en contra del totalitarismo de la UE, porque la alternativa que les amenaza es el “huevo de la serpiente” que incubó a Hitler.
El conflicto actual se da porque hay 2 visiones antagónicas: la de una Europa solidaria y la de los privilegiados, que intentan impedir que en Grecia se ponga fin a la austeridad y se implante la justicia social. Pese a que su pueblo cuenta con la solidaridad mundial e incluso en Berlín hubo una marcha multitudinaria en su apoyo bajo los eslóganes de ‘¡Basta!’ y ‘¡Otra Europa es posible!’, falta mucho por hacer, pero ya se ve luz al otro lado del túnel.
El exministro de Finanzas de Grecia, Varufakis, quien porta “el odio de los acreedores con orgullo”, sostiene que existe una “completa falta de escrúpulos democráticos por parte de los supuestos defensores de la democracia”, que Europa “donde se inventó la democracia, se ha convertido en enemiga de la democracia.” Pese al acuerdo traicionero para entregar Grecia a la troika, el triunfo del NO pone a Europa en la disyuntiva de Ser o no Ser, remueve las bases de su anacrónica democracia y abre las puertas a otras perspectivas de victoria. (O)