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El Telégrafo
Tatiana Hidrovo Quiñónez

La voz del Yasuní

30 de mayo de 2019

Una mujer de un pueblo ancestral amazónico es capaz de ser ella, sintiéndose pájaro mariposa. Le es fácil porque alcanza la liviandad, la transformación y la eco-relación. Su canto dice: Soy mariposa amarilla, cuando viene el sol subiré por hileras, andaré por cualquier lugar del mundo, volaré como pajarita, volaré por encima de los árboles, en cualquier parte andaré volando con mis alas.

Hace poco se emitió en Ecuador un decreto ejecutivo que reduce el área de amortiguamiento del Yasuní, reserva localizada en el paraíso terrenal amazónico. Las organizaciones sociales que promueven la conciencia ecológica están expresando su disconformidad, ante lo que consideran una política que impulsa el modelo extractivista.

De otra parte, hay sectores que promueven la minería y el aumento de la extracción petrolera, bajo el criterio de que ello permitirá obtener más dinero para mantener el crecimiento del PIB nacional, facilitando la articulación al sistema económico global capitalista.

Todos sabemos que somos sujetos interdependientes de factores que ni la tecnología ni la ciencia pueden crear. Las ciencias de la vida nos han explicado hace mucho tiempo que todos los componentes de la Tierra constituyen en su conjunto un ente vivo y que la alteración de áreas claves, como la de la Amazonía, podría desequilibrar el sistema.

No se trata solo de árboles y animales, sino también de microorganismos, que al formar parte de la cadena nutren el suelo e inciden en la producción de oxígeno y el clima. En ese sentido, podríamos decir que los microorganismos son más poderosos que los bancos o instituciones financieras.

El Yasuní debe conservarse y, por lo tanto, no se debe reducir el área de amortiguamiento y protección. En eso no podemos dar marcha atrás. Ecuador es pionero en el concepto del derecho de la naturaleza, basado en información científica y en la sabiduría acumulada de miles de años.

Mientras resolvemos el desorden económico mundial, que mantiene en la pobreza a millones, debería proponerse una nueva alternativa de compensación, a cambio de conservar la Amazonía, sin abandonar el propósito superior de hallar la salida a la crisis civilizatoria global.

Leonardo Boff, el grande, dice que estamos obligados a encontrar una nueva clase de relación y ética, basada en el mejoramiento de la vida, la creatividad y la belleza. (O)

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