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El Telégrafo
Tatiana Hidrovo Quiñónez

Venezuela 360

30 de junio de 2016

Estaba abandonada frente a la televisión nacional aquel día domingo. Cuando lo vi, se me encogió el corazón. Era obvio, el mensaje había logrado activar la pura emoción. Al tanto salí del estupor, me propuse desplegar una reflexión racional y crítica a partir de la elaboración de preguntas respondidas al unísono:

-¿Desde qué lugar empresarial, comunicacional  y político se emite este mensaje?

- Desde Ecuavisa.

-¿Qué formación profesional hay detrás de la producción audiovisual?

-Se reconoce a periodistas y comunicadores añejos, con mucha experiencia.

-¿Dentro de qué programa se transmite?

-Visión 360. Su nombre indica que supera la visión humana frontal y es capaz de abarcar la totalidad de la realidad contenida en un círculo.

-¿Cuál es el contenido aparente o denotativo?

-Situación deplorable en hospitales venezolanos, falta de medicina, imágenes de personas que hacen colas para obtener alimentos y testimonios de demanda insatisfecha de bienes de primera necesidad.

-¿Qué género periodístico o formato envuelve al contenido?

-Aparente reportaje audiovisual. Sin embargo, no es un reportaje porque su título contiene un mensaje y conclusión que no se relaciona con las imágenes y el relato.

-¿Cuál es la conclusión, mensaje esencial o connotativo que se propaga?

- ‘Venezuela, Estado fallido’.

La aseveración: Venezuela, Estado fallido, significa que la patria de Bolívar no existe, ha desaparecido porque ‘falló’. En el supuesto, la producción audiovisual debía explicar qué es un Estado y demostrar a la vez la desaparición del territorio soberano, las leyes, las instituciones y la personalidad jurídica, correspondiendo al concepto más elemental y escolar de Estado.  

Se diría, quizás, que se considera a Venezuela como Estado fallido porque hay una evidente crisis política y económica que se revela en carencias que afectan a parte de la población. Desde esa perspectiva, debería entonces afirmarse que EE.UU. fue un Estado fallido cuando su tasa de desempleo alcanzó el 8%, superior a la de Venezuela, país que -aún hoy- la mantiene debajo del 7%.  O, en otro caso, que España es un Estado fallido por iguales consideraciones, dado que su tasa de desempleo supera el 20%. En otro caso, si el indicador de fallido está dado por la situación de los servicios de salud y su infraestructura, entonces la propia Venezuela habría sido un Estado fallido desde mucho antes, cuando estuvo gobernada por la oligarquía. Es innegable que Venezuela acusa una crisis por la guerra económica dirigida desde el imperio; por la baja de los precios del petróleo y la dependencia estructural de su economía que no ha superado, debido a que parte del capital acumulado durante una época de bonanza fue apropiado significativamente por  la banca privada y se diluyó en el consumismo; y porque, además, ha sido convertida en campo de batalla para evitar que el proyecto del socialismo bolivariano tenga éxito en su designio de atenuar las contradicciones del capitalismo, en el que Latinoamérica vive inevitablemente.

Afirmar que la patria de Bolívar es un ‘Estado fallido’ es insostenible. No se entiende si la afirmación se hizo sin visión con 360. O con visión desenfocada de menos 45. (O)

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