Cada vez que se elige un presidente, los ecuatorianos y muchos habitantes de nuestra América Latina, creen que- milagrosamente -llega la solución a todos los problemas. Crisis tras crisis, soportan los ciudadanos, sin visualizar un cambio de rumbo para todos tener más oportunidades. Según Click Report, de junio, señala que el desempleo, deudas y crisis económica, son los principales problemas 47.24% para los compatriotas, superando a la delincuencia, 21.97%
Por cualquier ciudad o parroquia del país- en las familias-abundan historias dolorosas sobre como uno o varios de sus miembros, abandonaron el país en búsqueda de trabajo, además de rótulos por doquier, con la leyenda se vende. En este contexto, parecería absurdo pretender invitar al pueblo a abandonar el pesimismo. ¿No será mejor cambiar de rumbo para no seguir de crisis en crisis? ¿Cuáles deben ser los rumbos políticos y económicos de nuestro país?
En una democracia cada una de las funciones, tiene sus responsabilidades por cumplir, precisamente para que nadie concentre poder. Desde la orilla el ejecutivo, hacen falta un operador político y vocero que sepan comunicar. Es ferviente anhelo que, los servidores públicos de las distintas funciones del Estado, cambien de actitud en beneficio de Ecuador. Dolorosa la señal que nos dan los parlamentarios al no querer virar el timón para evitar el iceberg. Es evidente; no le votan ninguna ley después de la luna de miel; unas veces guerra fría y otras con misiles.
Es vergonzoso ver a asambleístas que proponían ese cambio y por eso recibieron el voto, decir que no lo apoyan porque tienen un conflicto -ideológico, personal, generacional - con el presidente. Se olvidan que su responsabilidad no es hacia él, sino con aquellos que lo votaron para que apruebe las normas que son necesarias para mejorar nuestras vidas. Triste es también escuchar que, algunos admiten que la sanción de esas leyes es buena para la gente; pero en canje, piden que antes aprueben alguna de sus propuestas.
La Asamblea Nacional, según Click- con 12.14% de aceptación , no debería ser un mercado persa. Deben apoyar si lo que se propone es bueno, para luego convencer a sus pares de que su proyecto también lo es y con ello, la señal de cambio que se necesita. ¿Para qué?
Así se podrá brindarles un empleo digno y productivo que les permita progresar a los que terminaron desempleados, en la informalidad, en el asistencialismo servil de la política y en la pobreza, gracias a las desastrosas políticas que se implementaron por décadas.