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El Telégrafo

Unidad... equilibrio entre lo particular y lo común

16 de octubre de 2017

Durante la Edad primitiva existía unidad natural, instintiva en la humanidad;  en el período de los Intereses particulares (civilización), la unidad solo se ha dado accidentalmente;  la constante ha sido la división: todos contra todos: pérdida de equilibrio. Para el futuro puede ser posible la unidad basada en el conocimiento y en los ideales comunes, adicionándole la previsión y la construcción de futuro; superando así la unidad instintiva de subsistencia.

Cuando la humanidad y la sociedad apunten su accionar a unos mismos ideales y objetivos se dará su máxima expresión: unidad, porque la unidad en sí no tiene ningún valor, lo que tiene valor incalculable y desconocido por la humanidad son sus frutos, los cuales se multiplican geométricamente, contrario a los frutos de la división, que multiplican el esfuerzo para no lograr el objetivo, desarrollando la civilización. La humanidad, en el ciclo de la Edad de los intereses particulares, no conoció (salvo incidental y en casos particulares), los frutos de la unidad. Nos atrevemos a hacer esta afirmación, con base en el ciclo vigente, que es de Intereses particulares, que son la fuerza creadora del ciclo de civilización, aclarando que la cultura de la humanidad es de intereses: antítesis de la unidad.

Los Intereses particulares y las Necesidades comunes, por ley natural se conservan al darse equilibrio; transforman la realidad en complementaria (los antagónicos destruyen su propia obra y los complementarios la construyen, le dan continuidad, proyección). Los seres humanos en la etapa de civilización desarrollaron la facultad de cambiar el medio y a sí mismos; convirtieron lo natural en artificial, por tanto tienen la facultad de retornar a lo natural, al equilibrio, el cual se ha perdido. La humanidad dispone de todos los recursos para hacerlo, así:

1* Necesidad: Fuerza principal que da los cambios sociales e individuales; genéticos y culturales: evolución y desarrollo a la vida.

2* Recursos: Humanos, materiales, científicos, tecnológicos, etc., suficientes, sobrados e ilimitados.

Los ideales y objetivos sociales, nacionales, mundiales, pragmáticos que por su naturaleza son a plazo indefinido, aportan otro elemento imprescindible en el logro de la unidad, y este elemento es precisamente el largo plazo.

Los ideales y objetivos comunes humanos, trazan el camino a gobernantes y gobernados, siendo por sí mismos, fuerza que impide la improvisación de los gobernantes y gobernados, apuntando a la corrección del problema más difícil: Gobernar bien, direccionar acertadamente. Así, la humanidad, disfrutará y construirá  futuro, a cambio de lo que acontece hoy: autodestrucción. 

Movilizar una nación, y nuestro mundo tras un objetivo general, concreto, a corto plazo, es de gran importancia, pero, movilizarlos tras ideales y objetivos pragmáticos, comunes, globales, equivale a multiplicar los resultados o efectos.

La unidad estimula la actividad individual y social. La unidad aplicada a ideales y objetivos nobles construye, proyecta, logra vivencia exótica, multiplica los resultados en la labor social, humana y natural.

¡La unidad aplicada a ideales innobles... destruye! (O)

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