El pasado 21 de abril, los ecuatorianos votamos el referéndum y consulta popular planteados por el presidente Daniel Noboa. Las preguntas sobre referéndum versaron sobre reformas a la Constitución y fueron aprobadas; tres sobre el apoyo complementario de Fuerzas Armadas a la Policía; la extradición y; establecimiento de judicaturas constitucionales.
El soberano rechazó dos preguntas referentes a: que el Estado pueda someterse a arbitraje internacional y; contratación laboral por horas. En específico, estas preguntas tuvieron una oposición estructurada que balanceó la elección. La oposición argumentó sobre el arbitraje internacional que generalmente se pierde y el costo elevado de defensa. Por otra parte, una administración de justicia cuestionada no brinda seguridad jurídica. Si bien, podía esta reforma coadyuvar a atraer inversión no es suficiente, se requiere seguridad jurídica, estabilidad política, económica y seguridad ciudadana. Respecto a la contratación laboral por horas, la oposición arguyó la precarización laboral. Sin embargo, la realidad generalizada es la informalidad y desempleo, de quienes están fuera de la protección del Código del Trabajo, que podrían tener cabida en el mercado formal si no existieran rigideces legales. El pronunciamiento popular muestra desconfianza y rechazo a la reforma de la legislación laboral anacrónica. Queda pendiente consensuar necesarias reformas laborales.
El pronunciamiento fue favorable sobre la consulta popular: 1) control de Fuerzas Armadas en ingreso a centros de rehabilitación; 2) incremento de penas; 3) cumplimiento de totalidad de penas; 4) tipificación de porte de armas de grueso calibre; 5) utilización de armas usadas en delitos para la fuerza pública y; 6) que el Estado de forma expedita sea titular de bienes de origen ilícito. No obstante, hay un consenso en la academia que penas mayores no disuaden del cometimiento de delitos. Las promesas de endurecimiento de penas siempre han granjeado la simpatía del electorado. Esto, sin embargo, no será suficiente para detener el fenómeno de la delincuencia. Hace poco quedamos horrorizados al ver el asesinato de un conductor perpetrado por un niño de catorce años. Mientras persista la miseria y exclusión, el germen del crimen se reproducirá.
Esta jornada democrática deja lecciones al régimen, si bien la estrategia de comunicación conectó con el electorado y que ni siquiera la ilegal irrupción a la embajada de México logró minar el capital político del gobierno, incluso posiblemente se incrementó al frustrar la evasión de la justicia de un político sentenciado, este apoyo no es incondicional, no es un cheque en blanco. La consulta y referéndum no fueron un fin para conseguir cambios estructurales pendientes para limitar la concentración del poder de la Constitución, calco de regímenes autoritarios. Fue un medio para proyectarse a una eventual reelección, mediante reformas de índole penal.