El 29 del pasado mayo, la magistrada de la Corte Nacional de Justicia Ximena Vintimilla expidió sentencia condenatoria por el delito de peculado en contra del expresidente Jamil Mahuad. Suceso que constituye una expresión honesta de combatir la corrupción y evitar la impunidad de una conducta criminal, resultante de la consolidación del modelo neoliberal.
Históricamente, la década de los 80 se inicia con el gobierno de Jaime Roldós, quien asumió sus funciones en agosto de 1979, el cual trató de conjugar desarrollo económico y justicia social. En la presidencia de su sucesor, Osvaldo Hurtado, se abren los caminos neoliberales de la globalización con la denominada sucretización de la deuda externa. En el siguiente gobierno, el de León Febres-Cordero, se perfiló el nuevo modelo, haciendo más especulativa gran parte de la economía. Durante el gobierno de Sixto Duran-Ballén, el neoliberalismo se consolidó.
Pero es el régimen de Mahuad, ‘gobierno de los banqueros’, el que lo llevó a sus más caros extremos. En el Congreso Nacional la famosa ‘Aplanadora’, conformada por los partidos Social Cristiano y la Democracia Popular, creó leyes e instituciones, como la AGD, para que el Estado se haga cargo de las deudas de los bancos privados.
Y, como si fuera poco, el 8 de marzo de 1999, se declaró un feriado bancario de 24 horas, que se prolongó durante cinco días, cuyas consecuencias fueron fatales. La crisis económica nacional se generalizó, agravándose aún más la ya existente. La clase media se pauperizó. Las lacras sociales aumentaron. Para el colmo perdimos hasta la moneda, pues en enero de 2000 el Gobierno adoptó la dolarización, a una paridad de 25.000 sucres por dólar. Consecuentemente, quienes tenían ahorros en sucres recuperaron solo una parte. Los beneficiarios fueron los banqueros.
Y eran las mujeres y los niños las principales víctimas de aquella situación. Muchos se vieron obligados a emigrar, venciendo toda clase de humillaciones, dejándolos a merced de abuelos, tíos, extraños. Las consecuencias sicológicas-sociales son alarmantes: una generación de adolescentes, en su mayoría, dedicada a las drogas, a las pandillas, a la delincuencia. O recurrentes al suicidio. Carentes de amor y comprensión.
Además, fue en el gobierno de Mahuad en el que se firmó el convenio con EE.UU. de la base de Manta, retirada en el actual, en 2009.
Han transcurrido 14 años de aquel panorama de dolor y de injusticia que no se puede olvidar.
De ahí que la sentencia a 12 años de prisión contra el exgobernante, dictada por la magistrada Ximena Vintimilla, contribuye a combatir la corrupción en la administración de justicia. Acción que dignifica a la mujer, profesional del Derecho.