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El Telégrafo
 Pablo Salgado, escritor y periodista

“Una pequeña utopía, una pequeña rebelión”

18 de septiembre de 2015

A pesar de todo, persisten y resisten. A pesar de las complicaciones que se multiplican como plagas, siguen tercas y obstinadas. A pesar de los metros cuadrados de poder de los funcionarios públicos, siguen firmes. A pesar de la carencia total de políticas públicas para el fomento del libro y la lectura, continúan con el mismo esfuerzo, paciencia y pasión. Aman los libros y entregan todo su tiempo -y su vida- para preservar esos espacios de encuentro, de sabiduría, de libertad, que son las librerías.

Y esto a propósito de un pequeño libro que, al fin, llegó a mis manos: ¿Por qué tener una librería?, escrito por Karina Sánchez, propietaria de una singular librería -pequeña y amorosa- situada en un departamento de un condominio en el norte de Quito. Un libro que relata los cinco años de vida de Tolstói librería; sus inicios, sus dificultades, su relación con los editores, con los escritores y, por supuesto, con los lectores. Un libro honesto y sincero que nos canta las verdades, pero sobre todo nos envuelve con ese amor incondicional por el libro y la lectura.

Como en otros negocios, las librerías también se han convertido en grandes espacios en cadena que uniforman el consumo, en este caso de best sellers y de autoayuda, en donde ya no hace falta tener libreros, sino apenas vendedores. Y por ello, Karina es concluyente al afirmar que “una librería sin libreros no es otra cosa que un supermercado de libros”.  

Una ciudad -o un país- sin libros, sin librerías, sin bibliotecas y sin lectores, es un país vacío, un país muerto. Son los libros los que permiten la generación de pensamiento, el ejercicio crítico y pleno uso de las libertades. Un pueblo lector será siempre un pueblo libre. Y como bien dice un ‘meme’: “Un pueblo que lee unido, jamás será vencido”.

Karina es muy crítica respecto a la situación del libro y la lectura en Ecuador. Y se pregunta: ¿Por qué somos un país que lee y escribe tan poco? Y se responde: “Las más importantes se centran en el tema educativo y en la falta de políticas públicas. No leemos porque no se nos enseña. ¿Y dónde leemos, si casi no hay bibliotecas? Desde una librería se puede hacer mucho, se pueden formar lectores, conquistar nuevos públicos y brindar una variada oferta editorial de calidad”.

También es crítica con la literatura que se escribe en Ecuador: “Se escribe sin ser consciente de lo que entraña una verdadera escritura, un verdadero trabajo artístico, un trabajo con el lenguaje, con la forma. No hay pasión, no hay riesgo, no hay el querer atravesar el límite, el quebrantar algo, no hay conflicto, no hay imaginación, no se ha ‘abierto’ los ojos, no hay conciencia política (…), en fin, no se ha visitado el subsuelo o no se ha hurgado en el cuarto trasero, no se ha explotado la realidad”.

¿Por qué tener una librería? es también el primer título de la serie editorial La Reina Press, que publicará uno o dos títulos al año. Al final, Karina confiesa el porqué tiene una librería: “Porque no sé hacer otra cosa que leer y porque no quiero hacer otra cosa que leer. Y porque llegué a la conclusión de que tener una librería es lo más cerca que se puede estar de ser libre. Porque tener una librería es una pequeña utopía, una pequeña rebelión”. (O)

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