Mañana, después de dos semanas de excelente tenis, muchas emociones, algunos resultados inesperados y otros lógicos, culmina el Abierto de Australia, el primer torneo Grand Slam de la temporada, un evento que estuvo venido a menos en las décadas del 70 y del 80 y que no solo que ha recuperado totalmente su prestigio entre los jugadores y aficionados, sino que año tras año viene aumentando su popularidad, como también sus premios económicos, que estuvieron rezagados en ese período en relación a los otros tres grandes (Wimbledon, Roland Garros y US Open) y se convierte en el primer torneo que supera los 2 millones de dólares de premio a los campeones de singles damas y varones, 2 millones 300 mil dólares australianos para ser exacto, teniendo en cuenta que el valor de esa moneda es ligeramente superior al dólar americano en la actualidad.
Haciendo un recuento de lo ocurrido estos días en el torneo masculino, comenzaremos analizando la participación de los tenistas sudamericanos. Ahí destaca claramente Juan Martín Del Potro, quien continúa su recuperación y alcanzó los cuartos de final en Melbourne, instancia en la que cayó 6-4, 6-3, 6-2 frente a Roger Federer, en un partido en el que muchos esperaban más del de Tandil. De todos modos este resultado lo debe colocar nuevamente entre los 10 mejores del mundo, cuando publiquen el nuevo ranking el próximo lunes.
Otro jugador que tuvo una destacada actuación fue el colombiano Alejandro Falla, quien eliminó en la segunda vuelta al norteamericano Mardy Fish, # 8 del mundo, sin perder un set; pero una contractura en la pantorrilla y el buen tenis del alemán Philipp Kohlschreiber frenaron su carrera en tercera rueda.
Su compatriota Santiago Giraldo superó al italiano Matteo Viola en su primer partido, pero Novak Djokovic no le dio ninguna oportunidad, derrotándolo en tres rápidos sets en la vuelta siguiente.
Hay que anotar que los dos formarán parte del equipo Copa Davis del país del norte, en la serie Copa Davis contra nuestro país, a disputarse el 10, 11 y 12 de febrero en Salinas.
Una buena performance cumplió el experimentado jugador gaucho Juan Ignacio Chela, quien superó al estadounidense Michael Rusell y al español Pablo Andújar, pero no pudo ganar ningún set contra el #5 del planeta, David Ferrer, en la tercera ronda.
El brasileño Thomaz Bellucci no tuvo los progresos que se esperaban de él en esta última temporada, fue superado en cuatro sets por el francés Gael Monfils, siembra # 14. Su coterráneo Ricardo Mello ganó su primer partido antes de caer frente a Jo-Wilfied Tsonga en el segundo.
Otra de las esperanzas de nuestra región, el argentino David Nalbandián, perdió en la segunda ronda frente al americano John Isner 10-8 el quinto set, en un partido marcado por la polémica y en el cual David fue claramente perjudicado por una errónea decisión del árbitro, cuando estaban empatados a 8, con punto de quiebre a su favor, en un primer saque de Isner claramente afuera, el juez de silla corrige la llamada del juez de línea, dándolo como un as y posteriormente, de manera inexplicable, no aceptó el pedido de Nalbandián de revisar la marca con la tecnología de hawk eye (ojo de halcón), dos errores garrafales, que incidieron en el resultado final.
Este torneo marcó también el peor resultado para el tenis de los Estados Unidos en la era abierta, pues por primera vez no tuvieron un representante en la cuarta ronda (octavos de final), su porta estandarte en la última década, el ex # 1 ATP Andy Roddick tuvo que retirarse por una lesión en la segunda vuelta frente a otro ex campeón mundial, el australiano Lleyton Hewitt, cuando estaba en desventaja de dos sets a uno, y el gigante Isner fue derrotado por Feliciano López en tercera vuelta, resultados preocupantes para un país que siempre fue potencia del tenis mundial.
Otro hecho que ha dado mucho de qué hablar, a pesar de no tener nada de positivo, es la reacción del chipriota Marcos Baghdatis, quien despedazó contra el piso cuatro raquetas, una tras otra, en pocos segundos, en un cambio de lado del partido de segunda vuelta que perdió contra el suizo Stanislas Wawrinka.
Dentro de lo positivo, destaco las actuaciones de dos jóvenes que poco a poco se están afianzando entre los mejores jugadores del circuito, el australiano Bernard Tomic, quien ya fue cuartofinalista de Wimbledon en el 2011, y en Melbourne llegó hasta los octavos de final, dejando en el camino a Fernando Verdasco en cinco maratónicos sets, a Sam Querrey y al favorito # 13 el ucraniano Aleksandr Dolgopolov, hasta que el cansancio y un impecable Roger Federer le pusieron fin a sus ilusiones; pero con su derecha, variación de juego y versatilidad va a ser un top 10 con seguridad y probablemente un campeón de Grand Slam.
El otro joven que viene escalando posiciones de manera sorprendente es el japonés Kei Nishikori, quien es ya el mejor tenista asiático de la historia; se metió hasta los octavos de final con una victoria sobre Tsonga en cinco sets y cayó en tres sets ante Murray; tiene muy buenos golpes de fondo, es muy rápido, pero tal vez por su corta estatura, su servicio nunca va a ser el arma que se necesita para ganar uno de los grandes torneos.
Los cuatro mejores del mundo Djokovic, Nadal, Federer y Murray, todos llegaron a semifinales, sin mayores contratiempos, confirmando que hay una brecha entre ellos y el resto.
Djokovic cedió apenas 10 games en sus tres primeros partidos, aplastando al italiano Paolo Lorenzi, a Santiago Giraldo y al galo Nicolás Mahut, perdió un set frente a Hewitt, pero el resultado final nunca estuvo en duda y se mostró muy superior al quinto jugador mundial, David Ferrer, en cuartos, superándolo 3 sets a 0.
El camino de Nadal tampoco fue muy complicado en sus cuatro primeros partidos, pues ganó todos los sets que jugó y arrasó a Alex Kuznetsov, al ex # 2, el alemán Tommy Haas, al eslovaco Lukas Lacko y a su compañero de equipo Copa Davis Feliciano López, en cuartos de final la historia fue diferente, frente al checo Tomas Berdych, un rival con mucha fuerza, golpes potentes y buen servicio, “Rafa” tuvo que esforzarse al máximo, para poder superarlo en cuatro duros sets.
Federer jugando su mejor tenis avanzó cómodamente hasta semifinales sin perder un solo set frente al ruso Kudryatsev, el alemán Andy Beck, quien no se presentó por una lesión, el siempre complicado Ivo Karlovic con sus más de dos metros de altura y su temible servicio, Tomic, y Del Potro, quien muchos especulaban que podía llegar a complicarlo o incluso a sorprenderlo, cosa que no sucedió.
El cuarto en discordia, el escocés Andy Murray, y el único del grupo que todavía no sabe lo que es coronarse campeón en un Grand Slam, comenzó el torneo perdiendo un set contra el joven norteamericano Ryan Harrison, pero después le ganaría los tres siguientes, y en la ruedas posteriores derrotó holgadamente a los franceses Edouard Roger-Vasselin y Michael Llodra, a Mikhail Kukushin de Kazakstán y a Nishikori; está jugando un tenis de gran nivel.
El espectáculo en la final entre Rafael Nadal, quien venció a Roger Federer, y Novak Djokovic, que dejó en el camino a Andy Murray, está garantizado por la calidad de los tenistas y la gran rivalidad que existe entre estos grandes del deporte.