La delincuencia azota las calles y no perdona ni a los poetas. Y eso que -según se dice- los poemas no alcanzan ni para el desayuno. Uno tras otro fueron cayendo los golpes; de puño y puntapiés. Y ¡Chaj! ¡Chaj! ¡Chaj! -vertiginosamente- sonaban los golpes en medio de la noche y la oscuridad. Con saña, con violencia, hasta que el poeta quedó tendido, abandonado. Apenas un gemido lánguido rompía el silencio, mientras los asaltantes huían cobardemente.
Cristian Avecillas, que así se llama el poeta, logró sobrevivir. Fue sometido a varias intervenciones quirúrgicas en su rostro para reponer el hueso maxilar superior y la base de la órbita ocular; le colocaron 12 tornillos y 4 placas. El abrigo recibido por los amigos y, sobre todo, los poetas de todo el mundo, abonaron con vida a su corazón y a su rostro desfigurado.
Vivió para contarlo, lo que no sucede con muchos ecuatorianos abatidos por la delincuencia. No cabe duda de que los delitos, asesinatos, robos, han disminuido, pero seguimos viviendo con esa sensación de inseguridad. La Policía Nacional está mejor preparada, tiene mejor equipamiento y más y mejores instalaciones a lo largo y ancho del país, pero los ecuatorianos nos sentimos desprotegidos. Las pantallas de televisión se llenan cada vez más de segmentos de crónica roja. Incluso Ecuavisa, que tenía cierto reparo a presentarlo en sus espacios informativos, hoy lo hace sin recelo alguno. De lunes a domingo, los canales abren sus informativos con un resumen de crímenes, asaltos, accidentes de tránsito, muertes violentas. Y mientras más violentas, mejor.
Pero ¿a qué se debe esta presencia cada vez más grande de crónica roja en los medios de comunicación? A que es el propio Ministerio del Interior, en su afán de dar a conocer sus acciones en la lucha contra la delincuencia, el que proporciona ese material informativo. No hay día en que no se convoque a una rueda de prensa; si no es el ministro, es el vice o el comandante de Policía, o cualquier funcionario que hace de vocero. Y no solo eso, cada minuto en redes sociales se ‘informa’ de cuanto asalto, robo o cualquier operativo en el que interviene la Policía Nacional. Y hay que ver ese afán del ministro José Serrano por dar las primicias en su cuenta; y lo que es más, no solo informa, sino que él mismo juzga y hasta opina de las sanciones, si no basta recordar que al siguiente día de la muerte de la cantante Sharon, ya aseguró que era un ‘femicidio’. Y cuando se anunció la sentencia, inmediatamente el ministro, iracundo, escribió en Twitter: “Un fallo pírrica (sic), insultante, confiamos en q judicatura tomará acciones”.
En ese afán por demostrar que la Policía sí actúa, ahora tienen un propio programa de televisión para ver a los policías en acción. GamaTV no encontró mejor forma para el domingo de familia que poner al aire una película de acción -mientras más violenta, mejor- Terminator, Depredador, y después los comandos policiales en acción: con sus trajes de combate, encapuchados y armados hasta los dientes, trepan paredes, rompen puertas y ventanas, encuentran a los delincuentes, los esposan, los tienden en el suelo y colocan la bota en su espalda. Una cámara acompaña el operativo y una voz en off -también de un policía- narra el violento operativo mientras una música incidental de miedo complementa cada escena.
En lugar de sentirnos seguros y confiados por una Policía que nos protege, más bien sentimos miedo y temor. Y caminamos con esa sensación de que ayer fue Cristian, pero hoy podría ser uno de nosotros. (O)