Durante la campaña electoral, el entonces candidato Guillermo Lasso esbozó un sinnúmero de inteligentes propuestas en relación a la reforma laboral; por ejemplo, anunció la creación de 2 millones de empleos, bien pagados y con seguridad social; el aumento de los ingresos, a través de un sueldo básico hasta USD 500 para gozar de una vida próspera; el impulso a la economía violeta sin desigualdad de género; y, la promoción del sector agropecuario que es uno de los principales generadores de empleo con apoyo económico y asistencia.
En el marco del Día del Trabajo, el electo presidente de la República tuiteaba que:
¨Las luchas de los trabajadores deben ser reconocidas y sus esfuerzos debidamente recompensados. La meta es empleos dignos, bien pagados y con seguridad social. Este 1 de mayo ratificamos el compromiso de garantizar los derechos laborales y crear oportunidades¨
Frente a la crisis económica y el problema social del desempleo que afecta a 7 de cada 10 ecuatorianos y que, sobre todo, en el área rural, supera el 81% había una lectura correcta: era necesario crear empleos estimulando sectores como el agropecuario; medidas contracíclicas como aumentar los salarios para mejorar la capacidad adquisitiva, mayor demanda de bienes y servicios y reactivación de la economía local; y, por último, respeto a los derechos laborales y, fundamentalmente, la seguridad social.
La semana pasada, el canadiense David Card, el estadounidense Joshua Angrist y el holandés Guido Imbens ganaron el Premio Nobel de Economía por su análisis del mercado laboral. Probaron que el aumento de los salarios mínimos no reducen el empleo basado en una comparación real entre los estados norteamericanos colindantes de Nueva Jersey que subió el sueldo básico a inicios de los 90 mientras que Pensilvania los mantuvo igual. En contra de los creyentes de la mano invisible, los científicos, también, concluyeron que Nueva Jersey, incluso, había creado nuevos empleos y no desincentivó la apertura de nuevos emprendimientos.
En este contexto, las propuestas en relación a la reforma laboral del entonces candidato Guillermo Lasso han sido validas por los trabajos de los ganadores del Premio Nobel de Economía; no obstante, el proyecto de Ley Orgánica de Creación de Oportunidades, Desarrollo Económico y Sostenibilidad Fiscal visibilizó que el Gobierno del encuentro estaba yendo en contravía.
El proyecto de ley calificado de urgencia en materia económica, a pretexto que, hace un siglo, sí habría sido necesario resolver la problemática de la relación inequitativa entre trabajador y empleador; ahora, consagraba que el Ecuador tendría que flexibilizar el régimen laboral para que el trabajador tenga la supuesta libertad de elegir forma, tiempo y modo en cómo trabaja.
Para suerte del presidente de la República, la Asamblea Nacional le otorgó la oportunidad de rectificar y retomar sus propuestas electorales en relación a la reforma laboral.