“Nosotros buscamos ofrecer un turismo fuerte y consolidado, que haga de Gualaceo y el Azuay su marco de venta, que logre la lealtad de sus visitantes y que se distinga por su calidad, su diversidad y servicios, en fin, un turismo de vanguardia que ofrezca resultados eficientes y sólidos en el desarrollo de la industria de la hospitalidad y de la economía regional”, ha dicho con sobra de razón Genaro Coellar Lituma, gerente propietario de la hostería Santa Bárbara de Gualaceo, un lugar ciertamente paradisíaco, construido con un diseño dinámico y moderno en medio de un paisaje encantador, dotado de una serie de elementos novedosos que le dan confort y prestigio, clave de sustentabilidad y eficiencia en todo paraje turístico.
Ciertamente que la hostería Santa Bárbara viene a sintetizar lo que es y lo que debe ser el modelo turístico que se está tratando de consolidar en la región. Un modelo que, respetando y potenciando nuestras riquezas arquitectónicas, patrimoniales, culturales y gastronómicas se convierta en vanguardia para optimizar la imagen del Ecuador como destino turístico de calidad, accesibilidad y eficiencia hasta alcanzar que sea, de verdad, una de las claves de nuestro desarrollo, después del petróleo.
El esfuerzo emprendedor de Genaro Coellar al poner a flote a Gualaceo como referente turístico ecuatoriano merece todo el apoyo y justo reconocimiento de las autoridades nacionales como seccionales, particularmente del Ministerio de Turismo, a fin de descentralizar la actividad turística, difundir sus fortalezas e incentivar la inversión privada, como por ejemplo, convertir a la hostería Santa Bárbara y a Gualaceo en sede de Congresos y Convenciones, en lugar de encuentros de formación y capacitación, y que por lo general se lo hace solo pensando en Quito, Guayaquil o Cuenca.
El emprendedor esfuerzo económico realizado en época de crisis y cierta recesión financiera a favor del turismo merece ser reconocido y estimulado, no solo con discursos, sino con acciones. Realmente asistir a un congreso o una convención no es solamente trabajar, también es una forma de hacer turismo, y es una fuente de ingresos para todos los habitantes de estos lares y para las empresas que ofrecen estos servicios con todas las garantías para el éxito y satisfacción de los participantes en estos encuentros.
Nuevamente, decimos que el sector privado y el público tienen que trabajar al unísono y en simbiosis, pues las inversiones son fuertes y la infraestructura que hay que impulsar es importante. Frente a la crisis, el turismo está resistiendo razonablemente. La gente sigue viajando y los extranjeros siguen viniendo al Ecuador, en tanto el turismo interno va descubriendo nuevos entornos.
Por lo demás, Gualaceo es una ruta gastronómica y es un referente para el turismo nacional y la mejor carta de presentación ante los visitantes. A eso hay que sumar la hospitalidad de sus habitantes, que es el atributo mejor guardado.