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El Telégrafo
Rodolfo Bueno

Un 'despistado' juez inglés

02 de febrero de 2016

El juez Owen ha publicado el resultado de la ‘audiencia pública’ por el asesinato de Litvinenko, exoficial del Servicio Federal de Seguridad (FSB). La investigación realizada a puerta cerrada responsabiliza a Rusia, de acuerdo a la información entregada por la inteligencia inglesa. El culpable fue señalado de antemano mediante material secreto.   

Encontró “que la operación del FSB para el asesinato de Litvinenko fue aprobada probablemente por el presidente Putin”. Acusa a Lugovoi y Kovtún de añadir polonio 210 a una tetera “con la intención de envenenar a Litvinenko”. Pero no explica cómo así ni Lugovoi ni sus hijos se envenenaron, pese a que esa vez tomaron té de la misma tetera.

Supone el ‘despistado’ juez inglés “que el polonio 210 podía proceder o incluso procedía de Rusia”, y lo dice pese a que el polonio 210 se puede adquirir en el mercado negro vía internet y que ni el FBI ha podido detener su comercio por ser legal.

Da como razones para el asesinato de Litvinenko la supuesta posibilidad de que pudiera convertirse en director del FSB, ¡sueños de perro!; su amistad con Berezovski, un oligarca ruso que se dedicaba al tráfico ilegal de polonio 210 desde Rusia y del que Litvinenko era el encargado y un argumento por demás ridículo, “el antagonismo personal entre Litvinenko y Putin”. Los pájaros disparándole a las escopetas.

Añade que el material entregado por el Gobierno inglés no puede conocerse en “ningún tipo de audiencias públicas o privadas” y que estos documentos permiten “creer que Rusia es la responsable de la muerte de Litvinenko”. Llegó a donde quería ir y su conclusión se parece mucho a la que llegaron los investigadores occidentales acerca del derribo del avión malasio sobre Ucrania, cuyas pruebas son también secretas. Sospechosa coincidencia de ambos casos.

Por su parte, Lugovoi y Kovtún lamentaron que sus intentos de prestar declaraciones hubieran sido rechazados por la corte británica, pese a que siempre estuvieron dispuestos a darlas y que previamente un equipo de expertos les realizó la prueba del polígrafo con la conclusión de que no estaban implicados en el caso.

María Zajárova, portavoz de la Cancillería rusa, sostuvo que el informe sobre este caso es “tendencioso y poco transparente”; cree que este juicio está extremadamente politizado y recordó la misteriosa muerte de Berezovski y del empresario británico lord Dave West. “Estos dos testigos principales fueron asesinados. Ni Agatha Christie pudo imaginarlo”. Incógnitas sobre las que el ‘despistado’ juez inglés guarda silencio. Pudo añadir que en el club Abracadabra, perteneciente a West, y al que dos días antes de su encuentro con Lugovoi y Kovtún había asistido Litvinenko, aparecieron rastros de polonio 210, gran misterio que el ‘despistado’ juez inglés tampoco considera para nada. Cabe señalar que el asesinato de Berezovski se dio luego de que pidiera al presidente Putin el indulto para retornar a Rusia; Berezovski tenía información, no solo sobre la muerte de Litvinenko, sino también sobre el teje y maneje de las mafias rusas en el Reino Unido. (O)

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