El Proyecto de Ley de Regulación de Créditos Hipotecarios que con carácter de urgente ha enviado el presidente Correa a la Asamblea es loable, socialmente necesario, se inscribe en los conceptos esenciales de la Revolución Ciudadana.
Busca precautelar a los deudores frente a la voracidad de algunos banqueros, que hacen efectivas las hipotecas por debajo de los valores convenidos, que ya incorporan márgenes de seguridad, frente a eventuales morosidades de clientes afectados por situaciones extremas de carácter personal, o como ha ocurrido en EE.UU. y España, por razones de crisis económico-financieras, de carácter estructural.
En efecto, miles de compatriotas en uno y otro país han sido afectados, les han
quitado sus casas y aún siguen endeudados, con riesgo de perder otros bienes. Algunos bancos han pretendido comprar cartera hipotecaria para ejecutar en el país a los migrantes, quitándoles otras propiedades.
El proyecto de ley busca que con la entrega del bien hipotecado se salden cuentas y se extinga por completo la deuda. Es decir, ante una eventual morosidad, el banco ejecuta la hipoteca, vende el bien y aquella se extingue automáticamente; en ningún caso el cliente quedará con obligaciones, que es lo que ocurrió en EE.UU. y ocurre en España, donde el pobre cliente, que ya canceló buena parte de su deuda, pierde la casa y aún le quedan valores por pagar.
Eso se quiere evitar, y habrá que considerar con la ley que no se amplíen garantías ni se hipotequen otros bienes. Saltarán los banqueros enseñados a expoliar a sus clientes.
En el caso del Biess no habrá problemas, pues de las 54.000 operaciones de crédito hipotecario que ha otorgado, apenas 100 casos tienen problemas de atrasos en los pagos, que los pueden solucionar con refinanciamientos. Esta será una buena respuesta ante la eventualidad de endurecimiento de las condiciones crediticias por parte de la banca privada.
El Biess ha asumido el 57% de los PH de todo el sistema financiero, por tanto, ni pensar en burbujas, como ligeramente algunos han insinuado.
La Junta Bancaria, por su parte, ha tomado medidas para hacer prohibitivas operaciones bancarias especulativas, como aquellas de comprar cartera hipotecaria en España, para ejecutar internamente a los compatriotas migrantes; ha establecido que los bancos aprovisionen reservas en el 100% del valor de la cartera hipotecaria que puedan comprar en el exterior.
La Asamblea debe aprobar esta ley y el Biess seguirá apoyando a sus afiliados, en función de su capacidad del endeudamiento y con hipotecas a precios reales, para que nadie se perjudique.
Las restricciones que constan en el proyecto son claras, que sea la primera vivienda, con un valor tope de 500 salarios mínimos ($ 146.000) y que cubra el total del préstamo.
Que no vengan con el cuento de que se quiere obtener réditos políticos. El apoyo a los migrantes ha ido paralelo al proceso de RC y Rafael Correa no requiere de estos mecanismos para mantener su popularidad y ganar elecciones. Bien por la gente que tiene su casa con deudas e hipotecas.