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El Telégrafo
Mariana Velasco

¿Turismo con luto colectivo?

20 de septiembre de 2023

Marruecos, la puerta a África se abre a una diversidad abrumadora. No es de extrañar que grandes artistas, como el pintor francés Henri Matisse, buscara el color y la luz en un país que es ‘’un paraíso en la Tierra’’… aquel de los bereberes, de su vida sencilla y silenciosa, se posicionó en el imaginario desde muy niña…La visualizó como un oasis de pureza. 

Siempre creí que llegar a ese destino es para impregnarse de su esencia, para descansar los sueños bajo el manto de estrellas de un desierto, sin pensar que, a veces, éstos se quedan colgados, cuando algunos de los destinos turísticos más populares del mundo (Turquía, Grecia, Hawái y, ahora, Marruecos) han sido, este año, devastados por desastres naturales como terremotos, incendios forestales e inundaciones que arrasaron ciudades, pueblos enteros, mataron a residentes y destruyeron y/o dañaron monumentos culturales.

Tras el reciente terremoto, surgen inquietudes. ¿ Los turistas se convierten en cargas para el país, o si consideran a los visitantes como fuente vital de ingresos. ¿Ética o placer? La serie de acontecimientos catastróficos deja a muchos turistas confundidos sobre cómo responder. Quienes ya se encuentran en un país tras una catástrofe debaten si deben quedarse o irse. Quienes tienen viajes próximos se preguntan si deberían cancelarlos. ¿Pueden ellos y los ingresos que generan ser de alguna ayuda real o serán una carga más? ¿Qué tan apropiado es permitir que continúe el turismo mientras una nación atraviesa un estado de luto colectivo y se están llevando a cabo esfuerzos de rescate?

Según los expertos en viajes, no hay respuestas fáciles. El impacto de cada uno de este tipo de eventos es único y, si bien se recomienda a los viajeros que sigan las instrucciones de los funcionarios gubernamentales después de tales eventos, las comunidades locales no siempre se ponen de acuerdo sobre el mejor curso de acción. 

El fuerte terremoto de 6.8 sacudió la cordillera del Atlas al suroeste de Marrakech, matando a miles de personas, con la temporada alta de turismo en marcha y la mayor parte de la destrucción que afecta a las zonas rurales alejadas de los puntos turísticos, muchos lugareños ansían que los visitantes extranjeros lleguen para que puedan apoyar la economía y traer fondos para los esfuerzos de ayuda.

Tras haber establecido que los daños están localizados en zonas rurales y siguiendo las directrices del gobierno, la mayoría de los recorridos están en marcha con algunos itinerarios modificados. En gran medida, los hoteles no se han visto afectados, según la asociación hotelera de Marruecos.

‘’Después del Covid, el abandono de los turistas, sería letal para el país, porque directa o indirectamente, todos los habitantes están vinculados a este recurso y se verían terriblemente afectados”, han manifestado las autoridades.

Visitar un país puede ser un gran apoyo para los esfuerzos de socorro en casos de una catástrofe, ya que muchos lugareños dependen de los ingresos del turismo para su sustento. En Marruecos, el turismo representa el 7,1 por ciento del producto interno bruto y es una fuente crucial de ingresos para las familias de ingresos bajos y medios. Muchos restaurantes y hoteles han iniciado campañas de financiación para ayudar a sus empleados y sus familias en las zonas más afectadas.

He leído tanto sobre Marruecos que, creo tener una convivencia entre los Kasbahs con sus arcos de adobe y otras calles teñidas de azul; paisajes verdes y fértiles que rozan otros silenciosos y feroces; oasis, palmeras y ciudades de barro que confluyen con vecinos puertos que tiran al mar sus redes de colores. Atrapa el misterio y la magia…Ciudades amuralladas y pueblos blancos, torres almenadas, desiertos inabarcables, cordilleras legendarias, hermosas playas y montañas nevadas. Un sustantivo acompañado siempre de un superlativo.

La luz, el color, la vida en sus calles y plazas invita a seguir los pasos centenarios de nómadas y comerciantes hasta el corazón imperial de ciudades como Fez, al seguir sus huellas a través de los laberintos de las Medinas marroquíes que dejan escapar traviesos olores a Almizcle. Vestigios que guían también a través de aromas y sabores a los zocos de lugares como La Ciudad Roja, Marrakech.

Probar el cuscús y los aromas sutiles de una taza de té mientras la imaginación juega con ciudades blancas y azules que forman cascadas en sus laderas y que reflejan la confluencia de sus culturas. Costas decoradas con paredes pintadas de azul y techos de tejas rojas, oasis de tranquilidad con cierto aire, en ocasiones, a pueblo andaluz. Sin soltar la mano a sus raíces, Marruecos echa una mirada al futuro con fulgentes diseños urbanos como Casablanca, Rabat y Tánger. 

Hay que llegar a Marruecos, lugar de sinónimos y antónimos…

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